CAMBIL (JAÉN) HOMENAJEA AL CRONISTA EN UN ACTO DONDE SE RECORDÓ SU GENEROSIDAD Y HUMILDAD, ASÍ COMO EL INMENSO LEGADO LITERARIO QUE DEJÓ
Ayer no hubo debate, solo afirmaciones. Las cabezas asentían y los intervinientes reafirmaban lo que decía el inmediatamente anterior. Porque cuando se habla de Vicente Oya Rodríguez (Cambil, 1939- 2016), todo son palabras de cariño, admiración y alabanza. Si hay algo que pronunció la mayoría de personas es que «era un hombre bueno». Un hombre sincero, del que «nadie puede decir nada negativo» y que ha dejado un inmenso hueco en el corazón de familiares y amigos.
El homenaje a Vicente Oya tuvo lugar en la mañana de ayer, en el centro cultural del Ayuntamiento de Cambil, el rincón que él sentía como su pueblo. Un emotivo acto con más de una decena de intervenciones de familiares, amigos y aquellos que han «tenido la suerte» de conocer a este escritor, periodista e historiador -algunos de los múltiples cargos que desempeñó a lo largo de su vida- pero, sobre todo cronista: de Cambil, Jaén y la provincia.
Miguel Ángel García, alcalde de Cambil, comenzó su intervención con una pregunta. «¿Somos conscientes de la magnitud y relevancia que supone Vicente Oya en nuestro panorama? Creo que sí, pero estoy seguro que crecerá aún más con el tiempo», apostilló. El alcalde señaló que, aunque el cronista estaba afincado en la capital, «cuando ponía los pies en Cambil hacía que ese fuera un día importante, la gente lo saludaba y abrazaba». «Llevaba con gran humildad lo relevante que era. No puede haber nadie que tenga algo en contra de él», destacó.
Por su parte, Yolanda Caballero, delegada de Educación de la Junta de Andalucía en Jaén, emocionó a los asistentes con unas sentidas palabras. «Hay que celebrar y recordar a la gente grande. En julio tomé un café contigo sin saber que sería el último. Es difícil tomar un café con alguien a quien quiere todo el mundo». Así comenzaba su intervención la delegada, en la que también destacó «su sencillez hospitalaria, su tímida pero sincera sonrisa y cómo era un padre entregado y un hombre bueno, respetado y comprometido». «Cuánta falta nos hace falta Vicente en este mundo vacío de referentes y de humildad. Único e irrepetible», recalcó.
Por su parte, Juan Ángel Pérez, diputado de Cultura de la Diputación Provincia de Jaén, aseguró que «el destino se lo llevó mucho antes de que agotara su afán creador». «Cuando hablábamos con él, conseguía hacernos sus admiradores más profundos. Este es uno de los primeros homenajes a su figura, pero vendrán muchos más», manifestó.
En esta línea se pronunció Antonio Luis Galiano, presidente de la Real asociación española de cronistas oficiales (Raeco), quien ensalzó los valores que caracterizaban al cronista. «Era humanidad, deber social y un hombre profundamente religioso. Sé que estás arriba, así que Dios te lo pague», indicó. Juan Infante, presidente de la Asociación provincial de cronistas oficiales ‘Reino de Jaén’, recalcó por su parte que su trabajo queda «alabado por sus textos periodísticos, biografías, prólogos o pregones». «Su generosidad no tenía límites», añadió.
En el acto también estuvo presente Adela Tarifa, cronista oficial de Carboneros y consejera-directora del Instituto de Estudios Giennenses (IEG). «No hacía diferenciación entre hombre y mujer y nos recibió con gran entusiasmo y cariño a las mujeres que entramos en el IEG», apostilló.
Su labor periodística fue destacada por José Manuel Fernández, presidente de la Asociación de la prensa de Jaén. «Convertía los artículos literarios en verdaderos tesoros periodísticos, periodismo amable pero riguroso, creó escuela. Sin él no se entiende el periodismo en la provincia», indicó. Fidel Calderón, miembro de la Junta Directiva de Aprompsi -de la que Vicente fue presidente- le calificó como «único e irremplazable». «Luchaste incansablemente por la inclusión social de las personas con discapacidad. Nosotros mantendremos vivo tu espíritu», incidió.
Placa en su memoria
Asimismo, el evento acogió la presentación de las Actas del LXI Congreso de Raeco, editadas por la Diputación de Jaén; así como la presentación del libro ‘Cambil. Último baluarte nazarí en tierras de Jaén. Historia y Patrimonio’, de José Manuel Troyano, en el cual está muy presente la figura de Vicente Oya.
Tras esto, se proyectó un Power Point con imágenes de la vida del cronista. Fue entonces cuando un emocionado hijo, llamado Vicente al igual que su padre, subió a la mesa para pronunciar las últimas palabras del acto. «La noche que mi padre se fue había una tormenta sobre la provincia. Ahora entiendo que el cielo lloró amargamente antes de llevárselo. Él era como una extraña tormenta, llena de calma, expresándolo todo a través de su pluma», destacó. Asimismo, informó de que se va a proceder a la catalogación de su biblioteca privada, que será donada a la Biblioteca municipal de Cambil, y a la digitalización de sus escritos, destinados también a varias entidades. Para cerrar el acto, Isabel, viuda del homenajeado, descubrió una placa en la entrada del centro cultural en su memoria.
Fuente: http://www.ideal.es/ Laura Velasco