POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)
El Universo es el compendio del espacio y del tiempo; de todas las formas de la materia, la energía y el impulso y, como consecuencia, de todas las leyes y constantes físicas que las gobiernan.
La teoría más aceptable sobre la formación del Universo, parte a raíz de las ecuaciones de Albert Einstein y su «Teoría de la Relatividad» y, más general, en el «Big Bang».
La Tierra, con sus más de 4,600,000 siglos de evolución, nos da pie a que nos detengamos a valorar su trayectoria. Sin embargo, a lo largo de su historia se producen situaciones que parecen «milagrosas». Sí, por qué no decirlo: «Tanto como la aparición del ser humano».
Los astrofísicos nos van dando pinceladas sobre la Génesis del universo y su evolución a través de los tiempos; «considerando a los hombres como los responsables del deterioro del cosmos».
Dentro de 50 años se prevé que la población mundial alcance los 11,000,000 de habitantes y, también se preconiza que «el efecto invernadero» aumentará en 5 grados centígrados la temperatura del globo terráqueo. Como consecuencia inmediata, se cree que se producirá el deshielo de los glaciares- ya se está produciendo- y ocasionará la elevación del nivel de los mares y la alteración de la flora y fauna marina.
Aunque no nos paremos a pensar, se está produciendo una fuerte erosión de los litorales marinos y una aparición, cada vez más frecuente, de «tsunami».
El deterioro de la capa de ozono está produciendo un avance desmesurado de la desertización, con un descenso importante de la masa forestal y boscosa, ocasionado como consecuencia, la aridez de los terrenos que otrora eran frondosos. Sí, las selvas, que son un potencial de energía vital, van siendo destruidas por la mano del hombre qué, al actuar con una fiereza inusitada, destruye paulatinamente el caudal energético y su potencial de vida, al hacer disminuir la flora y la fauna de la selva, a pasos agigantados.
El deshielo de los glaciares, además de producir una elevación de la temperatura, está ocasionando una subida paulatina del nivel de las aguas marinas, calculando qué, en unos 30 años, se verán elevadas en más de 60 centímetros según nos atestiguan los investigadores. Como consecuencia, se verá afectada una quinta parte de la población mundial.
Sin embargo, más allá de esta previsión apocalíptica, el mayor mal que acecha a la humanidad, son «las guerras y sus nefastas consecuencias». Estas ocasionan odio, muerte y destrucción del ecosistema: Sí, «estamos asistiendo al desatino de la mano del hombre en aras del poderío territorial y, sobre todo, del económico». Sin lugar a dudas, el enriquecimiento de unos pocos supone la devastación de nuestro sistema planetario; así como la muerte y la humillación humana: Sí, «una verdadera locura».
Entonces, ante esta barbarie ¿Qué podemos hacer por la humanidad los que aun respiramos y vivimos; aunque sea con el permiso de los poderosos?