SEGÚN EL CRONISTA OFICIAL DE ALCALÁ, VICENTE SÁNCHEZ MOLTÓ, LA TELA FORMABA PAREJA CON OTRA DE LAS MISMAS DIMENSIONES EN EL QUE SE REPRESENTABA A SAN AGUSTÍN Y FUERON AMBAS ARREBATADAS A LAS MONJAS
El ‘zurbarán’ que una vez colgó en el Convento de Agustinas de Santa María Magdalena en Alcalá de Henares, ‘Santo Tomás de Villanueva dando limosna’, se subasta hoy en la sala Christie’s de Londres a un precio, 340.000 euros.
La subasta en Christie’s será el último de los avatares durante el último siglo para la obra, perteneciente a la colección del empresario y mecenas José Luis Várez Fisa, fallecido en 2014.
Según el Cronista Oficial de Alcalá, Vicente Sánchez Moltó, la tela formaba pareja con otra de las mismas dimensiones en el que se representaba a San Agustín y fueron ambas arrebatadas a las monjas.
«Con medias verdades», el conocido coleccionista de arte, empresario y político Joaquín Chapaprieta, propuso en los años cincuenta a las monjas la restauración de los lienzos y la donación de dos copias mientras durase el proceso, sostiene Sánchez Moltó.
«Finalmente, las monjas se quedaron con las dos copias, que aún conservan y Chapaprieta con los cuadros originales», resume el Cronista de Alcalá en una entrada de su blog que recoge la odisea del ‘zurbarán’ sacado a subasta.
«Sabemos que el cuadro de Santo Tomás de Villanueva pasó al coleccionista Juan de Córdoba y Mirón en 1964. Seis años después a otro coleccionista anónimo y, hacia 1988 a José Luis Várez Fisa, que en 2013, un año antes de su fallecimiento, realizó una importante donación de su colección al Museo del Prado. Del otro, el de San Agustín, se desconoce su paradero», agrega el historiador alcalaíno.
Alumno de la Universidad de Alcalá de Henares y beatificado por su desempeño como obispo de Valencia, el joven Tomás de Villanueva es retratado por Zurbarán durante su última etapa, cuando la gama de colores del pintor se volvió más luminosa.
De la importancia del cuadro, en el que destaca la dulzura del rostro de su protagonista, da fe que haya formado parte de las grandes exposiciones dedicadas al pintor extremeño, según Sánchez.
Al hilo de la subasta de la obra, el historiador se lamenta de la dispersión del patrimonio artístico de la ciudad, ya que «de los cuatro cuadros que Zurbarán pintó para Alcalá, ninguno se encuentra hoy en nuestra ciudad», precisa.
«Mucho me temo que este magnífico cuadro terminará de nuevo en una colección privada y, seguramente, de fuera de nuestro país», se lamenta.