POR GABRIEL SEGURA HERRERO, CRONISTA OFICIAL DE ELDA (ALICANTE)
Hoy la tarjeta postal, comúnmente llamada postal, cumple 145 años. Fue un 1 de diciembre de 1873 cuando nacía en España la tarjeta postal. Fue precisamente un eldense, Antonio del Val y Ripoll, primo hermano de Castelar, quién dispuso su venta y distribución a nivel nacional como medio de comunicación postal de un breve texto o mensaje.
Con la llegada del eldense Emilio Castelar y Ripoll al cargo de presidente del gobierno de la República, el 7 de septiembre de 1873, Antonio del Val, hombre de confianza del presidente, es nombrado director general de Correos y Comunicaciones. Uno de los temas pendientes que retomó fue la puesta en circulación de la tarjeta postal, cuyo proyecto había sido aprobado en 1871 pero que no se había llevado a efecto hasta entonces por los sucesivos cambios de gobierno y de régimen político en aquella España cambiante del Sexenio Democrático (1868-1874).
La tarjeta postal o simplemente postal es una pieza rectangular de cartulina, o cartón fino, preparada para escribir y enviar por el correo tradicional, sin necesidad de usar un sobre. Fue el 1 de octubre de 1869 cuando se emitió la primera tarjeta postal en el mundo.
Las primeras postales fueron editadas por las administraciones de Correos. Eran postales oficiales, que tenían impreso el franqueo en una de sus caras. La otra cara estaba completamente en blanco, para que se pudiese escribir un mensaje. Con la mejora de los métodos de impresión, en la última década del siglo XIX, triunfaron las verdaderas tarjetas postales ilustradas, impresas y editadas por la industria privada.
Antonio del Val y Ripoll (1839-1886) nació en Elda fue periodista y político español. Licenciado en Filosofía y letras, trabajó como catedrático de lógica en un instituto de Madrid y de Historia de España y Literatura en la Universidad Central de Madrid. Colaboró en el diario La Democracia, fue redactor de El Globo y militó en el Partido Republicano Democrático Federal.
Hombre de confianza de su primo Emilio Castelar participó políticamente de los ideales políticos republicanos y democráticos, siendo fue elegido como diputado en las elecciones de 1873 por el distrito de Monóvar, en el que estaba incluida Elda. Durante la I República fue gobernador civil de Almería y director general de Correos. Tras el golpe de Estado del general Pavía abandonó sus cargos, dedicándose al periodismo tras la restauración de la monarquía con Alfonso XII.