POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Aumentó la tabla periódica de Mendeleiev, los 103 elementos, desde el hidrógeno hasta el lawrencio, que aprendimos de memoria en el Loyola en 1968, condición sine qua non para aprobar Química, ahora son 118; hay que añadir, según consulto en las redes, el rutherfordic, dubnio, seaborgio, bohrio, hassio, meitnerio, darmstadio, roentgenio, copernicio, nihonium, flerovio, moscovium, livermorio, tennessine y oganessor, mismos que hoy introduzco en mi corrector de textos, para que los reconozca y no me los subraye con esa inquietante línea quebrada y roja. Seguimos, pues, descubriendo nuevos mundos en éste, y no hablemos del mundo virtual, de la famosa “nube” impalpable pero con información de la historia, la fantasía, la entelequia, la nata, la res nata, la nada, el nado, lo sustantivo, lo banal y el devenir. Hoy, más que nunca, me resulta facilísimo creer en Dios, el elemento menos raro.
Fuente: http://www.lne.es/