ELOGIO DE LOS CAMAREROS
POR APULEYO SOTO, CRONISTA OFICIAL DE BRAOJOS DE LA SIERRA Y LA ACEBEDA (MADRID)
Camarero soy yo. ¿Y pasa algo? Va un vino de Jerez, va una empanada, va un gintonic bien fresco, una ensaimada… Ansioso de servir, he aquí un hidalgo. Voy sereno y deprisa igual que un galgo con pollo, con paella o mariscada; voy con churros, aceite y mermelada, llevo todo de todo… porque valgo. Restaurar es mi máxima primera, donde pongo los ojos pongo el plato y nadie se me escapa, por buen trato. Metan el diente, saquen la chequera, a sus pies puesto, con placer acato cualquier servicio al sol, caro o barato. Y si hay propina ya la ronda es divina: atiendo y no cato.