POR ANTONIO BOTÍAS SAUS, CRONISTA OFICIAL DE MURCIA

No tienen nada. Nada de lo invertido en sus acciones del Banco Popular después de que el Santander lo comprara ayer por 1 euro. La operación se realizó tras determinar el Banco Central Europeo (BCE) que la entidad presidida por Emilio Saracho sufría un deterioro significativo de liquidez y sería incapaz de pagar en un futuro próximo sus deudas u otros pasivos. La decisión adoptada por el BCE llevó a que la Junta Única de Resolución europea aplicará el procedimiento de resolución -la primera vez que se aplica- con el fin de que los accionistas y titulares de deuda asuman las pérdidas y no se concedan ayudas públicas.

En virtud de ese proceso, por tanto, los accionistas del Popular han perdido todo el dinero invertido. Y entre los afectados figuran también muchos de los 212 empleados con los que cuenta la entidad financiera en la Región, repartidos en un total de 37 sucursales. Durante la última ampliación de capital, muchos de ellos decidieron invertir en acciones de su propia empresa. Y ahora, además de perder lo invertido, sufren la incertidumbre de saber qué sucederá con sus puestos de trabajo.

La representante de UGT en el Banco Popular, Leonor Martínez, reconocía ayer que el golpe «ha sido evidente y nos ha pillado por sorpresa», si bien no se atrevía a apuntar el número de accionistas perjudicados por la venta. «Eso depende de muchos factores, entre ellos la bajada del precio de las acciones esta semana, la bolsa… Además, a nosotros no nos informa la empresa de esas cosas», advertía.

Leonor, quien insistió en que «es un día de luto para el banco y ahora tocará apretarnos», añadía que a la debacle financiera se sumaba el reciente ERE que puso en la calle a unas 60 personas. Desde el sindicato CC OO declinaron ayer manifestarse sobre la situación.

La situación es complicada. Sobre todo porque en aquella ampliación se ofreció participar a destacadas empresas regionales que ya eran clientes del banco. Sus nombres se mantienen en secreto. Pero entre los tradicionales clientes del Popular se encuentran, según fuentes cercanas al banco, instituciones como la Universidad Católica o los colegios del Opus Dei, que también mantenía accionariado en el banco. En los próximos días se sabrá si han resultado perjudicados o no.

Desde el Banco Popular se limitaron ayer a señalar que el número de accionistas en el país asciende a 305.152, según datos a 31 de marzo, pero que desconocían cuántos eran de la Región. La cuota de mercado del banco en Murcia es del 6,3%. La otra cuestión es determinar qué sucederá con los empleados y las sucursales del Popular. De entrada, el panorama no es halagueño. El Banco Santander cuenta con más de 70 oficinas en la Región, en muchos casos ubicadas a escasos metros de la entidad que ayer compraron.

Por si fuera poco, hace ahora casi un año, la reestructuración de plantilla iniciada por el Santander tuvo como consecuencia en la Región el cierre de 11 oficinas y 23 trabajadores afectados, según indicaron entonces fuentes de UGT. La mayoría de empleados se acogieron a bajas pactadas y prejubilaciones.

La crisis, por otro lado, arrastra su factura. Desde 2008, el sector se ha desprendido de 80.000 trabajadores, casi un 27% de las plantillas, según el Banco de España. En el caso de las oficinas, han pasado de más de 46.000 sucursales al inicio de la crisis hasta poco más de las 30.000 actuales. «El cierre de oficinas está cantado. Solo falta saber cuáles y cuándo», lamentaba ayer un empleado del Popular.

Fuente: http://www.laverdad.es/