POR DOMINGO QUIJADA GONZÁLEZ, CRONISTA OFICIAL DE NAVALMORAL DE LA MATA (CÁCERES)
Cuando tienden a remitir las abundantes precipitaciones de este mes (151 litros por metro cuadrado recogidos hasta el día de hoy, viernes 22, aunque aún se espera algún ligero chubasco para mañana), en los trece días que se depositaron casi iguala la cantidad caída en todo el invierno (170 litros en los tres meses que duró).
Lo que convierte a este abril del 2016 en el más lluvioso que conocemos, al menos en los últimos 39 años que llevamos anotando y analizando directamente los datos meteorológicos de Navalmoral, al frente de la Estación Meteorológica de la AEMET ubicada en esta localidad. Bastante por encima de los que hasta ahora encabezaban la clasificación (139 litros en 2008 y 132 en el 2000).
Este comportamiento ha subsanado muchas necesidades hídricas de nuestro entorno (y de otros muchos lugares del país), especialmente en varios sectores: ganadería, con pastos abundantes y de gran desarrollo; corrientes (ríos, gargantas y arroyos) y almacenamientos de agua (embalses, lagos, lagunas y humedales); algunos acuíferos y reservas para el verano (sobre todo en el ámbito de la Sierra de Gredos, con más nieve que en el invierno, lo que repercutirá notablemente para el abastecimiento y campaña de riego estival; limpieza de la atmósfera (básicamente en las áreas urbanas); estaciones de esquí (como la Covatilla) y en mi huerto… Ya lo dice el sabio adagio: «Abril mojado, de panes vienes cargado«.
Todo ello unido al acompañamiento de unas temperaturas suaves (frescas a menudo), al contrario que en otras ocasiones (como en los dos últimos años). Pero, con el gradual ascenso térmico habitual a partir de ahora, la primavera alcanzará su cénit: la naturaleza se vestirá con sus más bellas galas, la gama cromática alegrará nuestras retinas y la atmósfera se bañará de aromas y cantos melodiosos.
Pero, como es evidente, esta circunstancia también ha afectado negativamente a otras actividades: caso de algunas ramas de la hostelería (pues a otras las ha favorecido), ciertos cultivos y frutales (los que se hallaban en plena polinización), demora en la plantación del tabaco, algunas actividades lúdicas, etc.
Y ahora que llega San Marcos, el “rey de los charcos”, los verá pero no los sufrirá (para regocijo de los talayuelanos): ya que existen muchas probabilidades de una mejoría hídrica y térmica en la última semana.
Fuente: http://navalmoral.hoy.es/