POR HERMINIO RAMOS PÉREZ, CRONISTA OFICIAL DE ZAMORA
No solo es el buen camino, es el único para llegar a ese encuentro definitivo de los dos hermanos de la península ibérica separados por esos errores y esas tropelías de extraños, que durante siglos mantuvieron y fomentaron esa separación por histórica envidia a la privilegiada Iberia.
Digo el único camino porque la base de todo principio sano, firme y fuerte comienza en la cocina y se continua en la escuela y sobre esa base fundamental se levantan todos los principios, movimientos, criterios y soluciones que han marcado las grandes corrientes de la historia de la humanidad.
Cuatro centros: Puebla de Sanabria, Camarzana de Tera, Benavente y Zamora desarrollarán el programa previsto y esperamos que esa labor iniciada no pare y se extienda a todo lo largo de esa histórica Raya que nos ha separado de la amena más vil y canallesca que darse pueda a lo largo de la historia. Han fracasado las dinastías, los más nobles intentos de intelectuales a los más altos niveles, porque nunca se comenzó a trabajar desde abajo, desde esos dos centros básicos, la cocina y la escuela, esas dos tierras en las que la buena semilla da a largo plazo siempre buena cosecha.
Ese ir y venir terminará creando un ambiente y dará lugar a infinidad de preguntas y de inquietudes que removerán personajes y fechas clave, y junto a todo esto hay toda una bibliografía clara y magnífica que constituye una referencia y una puerta de salida a este bloqueo histórico provocado por esos movimientos y esas tensiones entre pueblos, expansiones y tragedias comerciales, poderíos, imperios y al final esos tristes despojos imperiales, mientras como vecinos se odian se despedazan y se hunden como tristes capítulos de una historia negra.
De esa bibliografía, muy ilustrativa y con material suficiente para meditar y dar que pensar, sugiero dos para empezar, la «Historia de la Civilización Ibérica», de Oliveira Nartins y «Ensayos Iberistas», de José Manuel Cuenca Toribio, dos obras que no solo dejan huella sino que marcan de manera muy clara y definitiva.
Nos quedan tres referencias: la villa del Marquesado, Bermillo y Fermoselle cuya proyección de ida y vuelta no debe olvidarse y eso ayudará a renovar las viejas leyendas y tradiciones de la histórica Raya que el próximo domingo iniciará tras la Pascua el primer encuentro con la romería de la Luz, entre Moveros y Constantim, allí junto a la Marra 468, todo un símbolo. Celebro con verdadera emoción esta noble idea que despierta un sueño dormido en los rincones de la historia y que parece que, por fin, alguien con claro sentido del futuro, ha sabido mirar hacia él y ahí está esa noble iniciativa que dará frutos sanos y seguro que abundantes.
Atrás quedarán en triste y olvidada agonía todo aquello nacido bajo el signo de la ampulosidad, para morir en la soledad del olvido, triste destino de todo lo que nace sin vida y cae en manos también muertas.
Fuente: http://www.laopiniondezamora.es/