POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ).
Allí, frente al Teatro Calderón comenzó todo. Primero con la bodega de Vicente Méndez, después llegó Juan Gutiérrez, el capitán, luego sus hijos Paco y Sebastián, y finalmente Juan Gutiérrez Chamorro, hijo de Sebas. Fue Sebastián Gutiérrez Almirante el que supo encauzar la fama de “El Hoyo”. Hubo un tiempo que se llamó “Las Cuevas”, tenía un mural pintado por el montijano Francisco Pozo que escenificaba al popular bandolero madrileño del barrio de Lavapiés, Luis Candelas (1804-1837).
En El Hoyo” reinan las mejores “patatas fritas” de todas las posibles. Juan ha tomado el relevo de su padre, abriendo el altillo, desde donde se divisan la boca de las tinajas hechas en las tierras del poeta-tinajero, Guareña. Y como consejo: “sí a la riqueza de las patatas fritas le añadimos dos huevos fritos con jamón y vino de D.O. Ribera del Guadiana», solo falta añadirle un amén de los amenes y de los amenes, amén.