EN EL NOMBRE DE DIOS
Feb 02 2017

POR ADELA TARIFA, CRONISTA OFICIAL DE CARBONEROS (JAÉN)

1484180507_744570_1484206773_noticia_fotograma

Estoy harta de leer sobre política. Harta de debates televisivos. Harta de manipulaciones. En consecuencia, cada vez escribo menos sobre ello. Lo que pasa es que, en el fondo, todo es política. Desde el precio de la luz a los programas educativos. La actitud del avestruz, esconder la cabeza, a lo sumo sirve para desintoxicarte. Tarde o temprano la política nos impregna la vida, como un desodorante barato.

Cuando acababa la Navidad, que se me hizo eterna, vi en la tele un poco de la Cabalgata de Reyes madrileña. Si no hubiera sabido en qué día estaba, habría imaginado que era ya Carnaval. Hasta que asomó la primera carroza de Melchor, un fantoche subido en un armatoste de cristales brillantes. Porque los Reyes, de toda la vida, viajaban en camellos. Es que quien monta esos desfiles no piensa en cristiano. Por eso le cabe en la Cabalgata cualquier cosa extravagante. Lo dicho, un Carnaval, en el nombre de Dios. Cambie de canal para ver una película, malísima, por cierto.

Así andaban las cosas hasta que volví feliz a mi rutina, dispuesta a aguantar la cuesta de enero, que es mucha cuesta. Y un miércoles, día 11, en la caja tonta veo que televisan la primera rueda de prensa del presidente electo Trump. Poco bueno esperaba que saliera de su boca, pero me picó la curiosidad. Allí estaba, chulo, desafiante, amenazando a los periodistas, y prometiendo a los americanos felicidad sin límites, como hacen los musulmanes a los guerreros que mueren en la Guerra Santa. Entonces, en pleno éxtasis, soltó una frase lapidaria: que EE.UU sería el mayor productor de empleos que Dios haya creado jamás. Con un par de narices “The Donald”, nombre con que se conoce al presidente en su tierra, metía a Dios en el bando republicano para que acabara con el paro. Pero sólo en EE.UU. Es que a este presidente le importa un bledo la pobreza que haya tras el muro que piensa construir, para alejar de los americanos puros a los extranjeros, casi todos corruptos, violadores y ladrones. Él piensa que el Altísimo está de su parte, y que a Dios no le preocupa abandonar a su suerte a esa parte del mundo infinitamente más necesitada de su protección que USA. Encima asegura que el muro de la vergüenza lo van a pagar las víctimas, los mejicanos. Lo cual me recuerda aquella práctica atroz del Oeste americano, y de otros lugares, de obligar al reo que iba a ser ejecutado a cavar antes su propia tumba.

Como profesora he explicado muchos años la historia de EE.UU. Ni buscando con lupa se encuentra un presidente con un perfil tan agresivo y peligroso como Trump. No diferencia el bien del mal, por mucho que ponga a Dios por testigo y se proclame buen presbiteriano. Sólo cree en el poder que da el dinero, parapetado tras un capital propio que se calcula supera los 8.000 millones de dólares. Tampoco le importa nada el medioambiente, ni la miseria que haya fuera de sus fronteras. Y carece de escrúpulos en cuanto a los medios para amasar fortuna. De hecho, la suya se basa en parte en el negocio de los Casinos e Inmobiliarias, alguna de las cuales se financió con bonos basura. Respecto a otros derechos humanos, lo que piensa respecto a la mujer también salió de su boca: somos meros objetos de placer para el hombre; el que puede pagar por ello, claro está. Sin embargo su chovinismo, xenofobia y proteccionismo comercial esconden contradicciones. Porque “The Donald” tiene empresa propias deslocalizadas, en Panamá, Brasil y otros lugares del Caribe; algunos de sus antepasados, y dos de sus tres esposas, son inmigrantes. Respecto a su antisemitismo, que él niega, tiene sombras. Al menos una de sus hijas practica el judaísmo. Sinceramente, creo que el verdadero Dios de este presidente es San Dinero. Por eso se lleva divinamente con los mejicanos ricos, caso del empresario Slim, al que hace poco invitó a pasar unas vacaciones en su fabulosa mansión de Florida. Dicen que tiene 126 habitaciones. En poco tiempo andará por allí a su amigo Putin, a quien también estas Navidades le vimos rezando en una iglesia Ortodoxa. A ver si le convence, en una de sus noches locas, de que le entregue esas cintas que al parecen le grabaron los espías rusos, y que le quitan el sueño. Pero que no se lo pida a Dios. Que Dios tiene asuntos más importantes que resolver fuera de Palm Beach y de la Casa Blanca, dice mi papelera.

en el nombre de dios

Add your Comment

Calendario

noviembre 2024
L M X J V S D
 123
45678910
11121314151617
18192021222324
252627282930  

Archivos

UN PORTAL QUE CONTINÚA ABIERTO A TODO EL MUNDO