POR APULEYO SOTO, CRONISTA OFICIAL DE BRAOJOS DE LA SIERRA Y LA ACEBEDA (MADRID)
Santo, santo, santo sea El glorioso San Fernando, El que venciera a los moros Con su sacrosanta mano, Ayudado “gratis Deo” Por San Santiago a caballo.
Entró en Córdoba la llana Y bajó hasta más abajo, Hasta Sevilla, la perla Del Guadalquivir, qué manso, Que hasta hoy luce en su escudo “Fernando no me ha dejado”.
Rey de muy grato recuerdo Leonés y castellano, Pasó una herencia notable A su hijo Alfonso el Sabio, Que entre cantiga y cantiga Siguió como él batallando Contra los moros intrusos En el paraíso hispano De ríos y de montañas Perfectamente enlazados.
Dicen que dicen, que dicen Que por mayo fue, por mayo, Cuando Fernando III Le sacudió al califato Y desde entonces a ahora Su presencia se ha acabado Aunque otra casta Susana Nos gobierne en El Alándalus. Será por muy poco tiempo Tal cual azuzan los cambios O yo mucho me equivoco Al infligirle este dardo.
Pero da igual, su mesura Muestra que va para largo. Con ella me congratulo Como honesto ciudadano. Santo, santo, santo sea El glorioso San Fernando, Honra de la Patria España, Matriarca de hijos bravos.
(Pensad lo que vos queráis, Que yo en este punto acabo)