POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN).
Finalizamos los cuatro edificios aunque cinco casas, que construyó el maestro alcalaíno en Villanueva del Arzobispo. El edificio de la calle Nogueruela, construido a D. Modesto Bueno Bueno, consistía en dos casas; el contrato realizado por un importe de 156.442, 85 pesetas, detalla las clases de materiales, los dos baños, los remates para las dos torres, los remates de cerámica…
- Manuel intervino en dos edificios religiosos, en la Parroquia y Santuario de la Fuensanta, y colaboró en la finalización y ornamentación de la Plaza de Toros. Siguiendo a D. Francisco Rosales, alcalaíno, que fue Párroco de San Andrés en Villanueva, y que escribió una biografía de su paisano:
“A mitad de los años veinte, y al evacuarse el templo parroquial después de un acto litúrgico ocurrió el hundimiento total de la cúpula central sin causar daños personales. Fue una auténtica casualidad, que algunos creyeron milagrosa. No sería la única vez que pasara algo parecido ya que con posterioridad también sucedió lo mismo con la bóveda de la Inmaculada. La razón de estos sucesos viene porque en años anteriores se demolió una de las torres del antiguo castillo en las que se apoyaba el ábside del templo, lo que provocó un asentamiento de la cimentación por esa parte, junto con la anchura tan grande de la nave principal que da la monumentalidad al templo barroco del siglo XVII.
El prior D. Matías Molina contrató al maestro alcalaíno para que le llevara a cabo la rehabilitación, la razón de por qué acudió a él la ignoramos, pero es fácil de deducir si se daban las siguientes condicionamientos: por un lado este maestro estaba construyendo la Casa de los Arcos y alguna que otra más, que sin duda estaban sirviendo de referencia y admiración en el pueblo y su comarca como veremos a continuación; por otro, vivía en la calle Puertamina junto a los albañiles alcalaínos Juan López y Miguel Fernández; y en tercer lugar, porque en ese momento Villanueva del Arzobispo carecía de profesionales capaces de afrontar una obra de tal envergadura, no sólo desde el punto de vista técnico, sino también estético. El presupuesto fue firmado en Alcalá la Real a 21 de mayo de 1926, y ascendía a un total de 48,994’90 pesetas, pero incluía además de la reconstrucción de la media naranja con la tirantas y las viguetas de hierro que todavía son visibles ya que se respetaron en la última restauración de 1993, con un importe de 12,125’60 pesetas; también se incluía la reedificación de todos los tejados de la Iglesia con madera serrada en Orcera y teja cordobesa, con un total de 10,282’00 pesetas; y el pavimento del templo con loseta y balaustrada para el presbiterio de mármol de Macael con un total de 23,248’00 pesetas. Todo esto que junto al 1% de imprevistos (456’55 pesetas), el 3 % del seguro de accidentes fijado en 20.000 pesetas (600 pesetas), y el 5 % de Dirección y Administración (2.282’75 pesetas), suman el total indicado con anterioridad. En esta rehabilitación se incorporó al uso litúrgico la capilla del Sagrado Corazón (en la actualidad del Santísimo) que estaba en ruinas y no servía más que de trastero”.
Juan Muñoz Carrillo, conocido como “Juanico, el Sacristán”, era organista y maestro de música en la iglesia.
Tuvo una escuela llamada “San Juan Bautista”, en la calle Poyollano, a escasa distancia de la iglesia, a la que asistían unos cincuenta niños. Andrés Carrascosa, alumno en aquellos años nos narró el impacto que tuvieron en la escuela: “El día que se hundió la bóveda de la Media Naranja de la Iglesia cundió el pánico entre todos. Acompañamos al maestro y vimos todo el cañizo y yeso caído en el centro de la iglesia formando un gran escombro.
Seguimos la evolución de las obras. Los obreros construyeron una escalera de caracol en torno a un poste de la luz, sujeto en el centro y así subían el material hasta las alturas de la bóveda”.
La altura de la construcción de la iglesia de San Andrés, ha motivado que en distintas ocasiones hayan tenido que realizarse importantes obras de mantenimiento. Acercaremos en un nuevo artículo los motivos y necesidades de este edificio, en alguna ocasión llamado “La Catedral de San Andrés”.
Foto Beato y Archivo del Cronista.