POR ALFONSO ROVIRA, CRONISTA OFICIAL DE ALZIRA (VALENCIA)
Alzira conmemoró en la tarde del 30 de diciembre, la entrada del rey conquistador con una procesión cívica y entrega de las insignias de oro.
La fecha del 30 de diciembre, festividad de San Silvestre Papa, es inmejorable para dedicar mi última crónica del decimosexto año del tercer milenio, a la entrada del rey conquistador, Jaime I de Aragón, en la vieja Algetzira.
Se cumplían 774 años de aquella efeméride.
Los actos conmemorativos han ido cambiando a lo largo de la historia. En los primeros años de la década de 1940, la efeméride se celebrada el 31 de diciembre. A media mañana, con asistencia de la corporación municipal, presidida por los alcaldes, Julio Tena, Lisardo Piera, Carlos Llinares o Bernardo Andrés, según su legislatura, el archivero municipal y cronista oficial de Alzira, el sacerdote José María Parra Ballester, en el altar de San Sivestre Papa, ubicado en el salón noble de sesiones de la casa consistorial, celebraba la santa misa auxiliado por Justo Navarro Parra, funcionario del ayuntamiento y director de la Academia Júcar. También asistían a la ceremonia los funcionarios municipales y la misa era armonizada por una pequeña orquesta.
Años más tarde, bajo el mandato de Bernardo Andrés Bono, el concejal Alberto Rubio Santa Fe, presidente de la comisión de festejos del ayuntamiento y de la Junta Local Fallera, casualmente halló olvidada en un arcón del palacio municipal, una senyera, que muchos años atrás, José María Sales Luís, teniente alcalde de fiestas, había obsequiado al ayuntamiento y desde entonces se hizo cargo de la custodia de la enseña valenciana la Junta Local Fallera, para la colaboración de la fiesta del 30 de diciembre, hasta que el 22 de abril de 1995, delante de las imágenes de los santos patronos y de la patrona, la Virgen de Lluch en el altar de Santa Catalina, el arzobispo de Valencia. Monseñor García-Gasco, bendijo la nueva bandera, color carmesí, como corresponde a las poblaciones reales que distinguió el rey Jaime I, atendiendo las consideraciones y el informe de carácter histórico facilitado por archivero municipal y cronista de la ciudad, Aureliano Lairón, y las recomendaciones, del Consell Tècnic d’Heràldica i Vexil.lología, los aprueba y desde entonces se usa la bandera a Alzira.
Hace poco tiempo han vuelto a cambiar los actos que se venían celebrando la tarde del 30 de diciembre. Se ha suprimido el canto del Te Deum que se celebraba cada año en una de las parroquias de la ciudad. En estas ceremonias, la siempre modulada voz de Aureliano Lairón, narraba los hechos históricos que daban pie al festejo: “El 30 de decembre de 1242, la veapra del benaventurat Sant Silvestre. Així com ho assenyala el còdex miniat Aureum Opus privilegiarum Regni Valencie, manuscrit de finals del segle XV, que es conserva al Arxiu Municipal, el monarca aragonés delluirà la Vila musulmana d’Alyazirat del poder dels infels i ens incorporava a la civilització cristiano-occidental amb tot el que allò supossava. Jaume I, en pactar amb els caps de l’Aljama d’Alyazirat l’entrega de la Vila sense derramament de sang, respetant les propietats, costums i creençes, mostrá la seua capacitat, diplomàcia i per tant política.Hui els alzireny es refermem en el compromis adquirit en el seu día per tal de que la bandera fora signe de d’unitat de tots”.
En la tarde del viernes 30, el ayuntamiento en esta ocasión celebró la efeméride con diversos actos que concluyen con un pleno extraordinario en el salón noble de sesiones en la primera planta de la casa de la Vila, donde se premió con la insignia de oro con el escudo heráldico de la ciudad a algunos alcireños que se han desvelado por el bien del municipio. Tras esta imposición por la primera autoridad local, cada uno de los condecorados hizo uso de la palabra.
Enhorabuena a los distinguidos de este año, Alfredo Morell y Lupe Canet; Aguntín Ferrer, Matoses Moda Hombre, Tomás Pardo y Asociación de Mujeres afectadas con Cáncer de Mama -DACMA-.
A este pleno extraordinario, que se asiste por expresa invitación, dado el espacio del habitáculo, en esta ocasión el ayuntamiento se le “olvidó”, ¿? de invitar a los dos cronistas oficiales de la ciudad, que al mismo tiempo son notarios de la información y “fabrican” la historia de los hechos celebrados en la población.