POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
Tengo amigos en Facebook con el nombre de Juan y Juana; hoy, 24 de junio, se celebra la festividad de San Juan Bautista, para todos ellos mi más cordial felicitación. Extensiva mi felicitación para la ciudad de Badajoz y La Roca de la Sierra que tienen a San Juan por patrono. La capilla de San Juan de Lobón fue fundada por los hermanos Hernando Sánchez y Miguel Sánchez de Collado, naturales de Lobón, murieron en Indias, que instituyeron una capellanía, servidera en el templo de Lobón, con sede en la capilla que en 1605 se estaba labrando a costa de ellos. En 1608 el maestro de escultor de origen portugués, Francisco Morato, concierta un retablo para esta capilla, en la que se intuye que está el pincel del emeritense Cristóbal Gutiérrez, en las tablas de San Miguel Arcángel y San Andrés apóstol, y una buena imagen de San Juan Bautista, gallarda, valiente y escorzada figura.
En las cuatro hornacinas que hay en el chaflán de cada esquina estuvieron labrados en piedra por Francisco Morato los cuatro evangelistas, hoy desaparecidos. En su lugar están las imágenes de Santa Teresita (donada por Dorotea Martín y Martín), San Nicolás de Bari, San Vicente Paul y la Virgen Milagrosa. La obra de Francisco Morato en el retablo guarda similitud en los cercanos retablos ejecutados por este artista para las iglesias de Puebla de la Calzada y La Nava de Santiago.
CAPILLA DE SAN JUAN (FAMILIA GRAGERA) EN MONTIJO
Fue construida por el matrimonio Juan Pérez Gragera, el hidalgo, y María Sánchez Gragera, la rica, erigida, en 1608, bajo la advocación de San Juan Bautista. Se situaba al lado derecho del Evangelio, en el cuerpo de la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol.
Los fundadores de la capilla de San Juan Bautista, Juan Pérez Gragera y María Sánchez Gragera, dispusieron con la construcción de la capilla la fundación de una capellanía y una obra pía para casar huérfanas, dotando la capellanía con 1.400 ducados.
La capilla estaba formada por cuatro arcos, el primero de piedra parda de cantería, en el que estaba una reja de hierro que ocupaba casi todo el arco, con una cornisa que la dividía en dos partes, y por remate o coronación una cruz de hierro. La reja tenía dos puertas con cerrojo y cerradura. En la parte exterior de la cornisa con letras mayúsculas de oro un rótulo que decía «Híçola María Sánchez, mujer de Juan Pérez Gragera «hidalgo», año de 1608″. Por la parte interior de la cornisa otro rótulo del mismo género de letras que decía «Internatus mullerum non su rexit Mayor Joane Baptista» (no ha surgido entre los nacidos de mujer uno mayor que Juan el Bautista).
En el arco derecho de la capilla se encontraba un retablo de madera con columnas doradas y lo demás estofado de oro y colorado, y en el nicho del medio del retablo una imagen de talla de San Juan Bautista y a los lados, de cuerpo entero, en lienzo pintado los apóstoles: San Pedro y San Pablo; y encima de este cuerpo otros tres lienzos pintados: en el medio, el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, al lado izquierdo de éste, Santa Águeda, y al derecho Santa María Magdalena. El retablo se veía coronado con una Santa Cruz dorada.
El arco frontal, interior de la capilla, se describe con una ventana pequeña, debajo de ella estaba pintado en la pared un escudo de armas con su morrión y plumas, con un solo cuartel formado por cinco grajas negras en campo de oro, dos a cada lado mirándose las unas a las otras y la otra en medio, todas puestas en pie. Fuera del escudo en los laterales del mismo unas letras negras que por estar en alto y la mayor parte de ellas borradas no pudieron leer enteramente los visitantes, aunque apreciaron que lo que se dejaba leer decía lo mismo que un epitafio que estaba en una piedra en el suelo junto a la grada del altar en el medio de la capilla. Debajo de las letras de la pared, pintado al lado derecho de colores figuraba una imagen de Nuestra Señora y al izquierdo San Esteban. En la bóveda de la capilla, en la media naranja que hacía el techo (coronación de los cuatro arcos que la soportaban) estaban diferentes pinturas de los Santos Evangelistas y otras.
En la pared que se situaba frente al retablo y altar no encontraron ninguna pintura. Los cuatro arcos tenían cada uno de ancho cuatro varas, siendo por lo tanto la superficie de la capilla totalmente cuadrada. La piedra que se encontraba en el suelo era lisa, de dos varas de largo y tres cuartas de ancho, y en ella con letras mayúsculas, gravadas de buril, un epitafio que la cogía toda con la siguiente inscripción: «Juan Pérez Gragera y María Sánchez, su mujer, mandaron hacer y doctar esta capilla, cuyos reparos pertenecen a la fábrica desta yglesia, y dejaron en ella sus capellanes con rrenta y otras obras pías que fueren sus herederos, y por Patronos ael Cavildo desta villa, su patria. Híçola dcha María Sánchez en su bida, año de mill seiscientos y seis años». Los visitantes terminan su descripción expresando que la capilla, su retablo y pinturas demuestran antigüedad.
En la Real Provisión de Hidalguía de don Pedro Gragera y don Juan Pérez Gragera, del año 1796, es decir casi un siglo después de la que anteriormente hemos descrito, volvemos a tener noticias documentales de la capilla de San Juan Bautista: «que en 21 de octubre de 1603 otorgaron testamento en la villa de Montijo Juan Pérez Gragera y María Sánchez su mujer, vecinos de ella; y en él mandaron que de sus bienes se hiciese una Capilla en la Yglesia Mayor entre la capilla de Ysabel de Sequeda y la mayor».
En la Real Provisión anteriormente referenciada se describe: “que en la misma capilla se halla una Lauda, con unas armas gravadas en ella, compuestas de cinco grajas; y una rotulata con letras de molde que decía: «Aquí yace doña Leonor Martín Gragera, mujer de don Toribio Mateo Gragera, Capitán de caballos, que murió a 18 de diciembre de 1715».
Por esta descripción vemos como la capilla de Isabel de Sequeda es la central de las tres que existen en la iglesia de San Pedro Apóstol, en la actualidad de la Virgen del Carmen, y sobre la que en el año 1636 fundo en ella el cura párroco de Montijo, don Bartolomé Barrena de Huertas, de la Orden de Santiago, el Patronato de Nuestra Señora de la Concepción, Patronato que quedó extinguido con la Desamortización de Mendizábal en el siglo XIX, recayendo la custodia de la capilla en la Asociación de las Hijas de María.
Al morir el matrimonio Juan Pérez Gragera y María Sánchez Gragera, la capilla de San Juan Bautista pasó a su hermano Bartolomé Sánchez Gragera, y de éste a sus hijos Pedro Gragera y Sancho González, éste último casado con Catalina Rodríguez Moreno, padres de doña Leonor Martín Gragera, quien contrajo matrimonio con el Capitán de caballos, don Toribio Mateo Gragera, abuelos paternos del I Conde de la Torre del Fresno, don Toribio Diego Gragera Bérriz, (Rama Gragera-Torrefresno).
La administración de la capilla, toma otra rama familiar, la de Gragera-Asensio-Barrena- Bootello de San Juan Gragera-Mendoza, representados en Pedro Gragera, casado con Catalina López, le sigue el hijo de éstos, Juan Pérez Gragera, continúa en el hijo de éste, Martín Asensio Gragera, pasando a Pedro Gragera Asensio, de éste a su hermano, el presbítero don Juan Pérez Gragera, y de éste a su sobrina doña María Joaquina Gragera Mendoza. Con ésta última la administración de la capilla pasa a la familia Bootello de San Juan-Gragera Mendoza.
Desconozco en qué momento la capilla es remodelada tal y como la conocemos en la actualidad, en el archivo parroquial de la iglesia de San Pedro Apóstol, se conserva el dibujo de un boceto para la realización del retablo y altar de la capilla, aunque no contiene fecha. Con la remodelación se suprimió el altar y retablo, se taparon las pinturas, se realizó un nuevo enlosado y bóveda, desapareciendo todo cuanto se describe en la Ejecutoria de los hermanos Sancho y Alonso Gragera, siendo transformado el patrimonio religioso cultural y artístico de comienzos del siglo XVII.
La capilla se remodela con dos altares, en el lado derecho figuraba la imagen de la Sagrada Familia, y en el frontal, con un retablo hecho todo de fábrica, aparecen las imágenes de San Juan Bautista, San Joaquín (padre de la Virgen María) y San Francisco Javier. Tampoco se sabe en qué momento y los motivos por el qué se tapia el altar de la «Sagrada Familia», trasladándose la imagen a la hornacina central del retablo frontal.
En los herederos de don Joaquín Bootello de San Juan Gragera y doña Javiera Rico Sánchez-Badajoz, cayó la responsabilidad de cuidar y mantener la remodelada capilla.
De este matrimonio tenemos constancia documental de tres hijos: Dominga, Joaquina y Javiera. Dominga permaneció en estado de soltera; Javiera contrajo matrimonio con el propietario de Cabeza del Buey, don Pedro Pablo Valdivia Gómez-Bravo, del que tuvieron a doña Dolores Valdivia Bootello, quien contrajo matrimonio con el notario don Pedro Bueno Carvajal, y, doña Joaquina quien casó con el propietario, natural Higuera de Vargas y vecino de Barcarrota, don Luis de Mendoza y Villanueva.
De este último matrimonio hay constancia documental por medio de un censo-padrón parroquial del año 1884 de siete hijos: José, Javiera, María Luisa, Joaquina, Luis Alfonso, Fernando y Dolores. En la línea de don Luis Alfonso continuaría el patronazgo y propiedad de la capilla, pasando a su hijo don Luis Alfonso de Mendoza Bootello y Tous de Monsalve, quien cedió los derechos de la capilla a la COFRADÍA DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LA AGONÍA Y MARÍA SANTÍSIMA DE LOS DOLORES, fundada en 1966. Cofradía que procesiona en la noche del Jueves Santo con sus dos imágenes titulares que presiden la actual capilla: Santísimo Cristo de la Agonía (antiguo Cristo de Limpias) y María Santísima de los Dolores, imagen adquirida a Francisco Buiza, escultor hispalense.