POR MARÍA VICTORIA HERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE LOS LLANOS DE ARIDANE (CANARIAS)
Cuando el sombrero, años 20, era impuesto por costumbre. En esos años un grupo de mujeres y hombres rompieron la imposición social y fueron «apedreados», en palabras de Maruja Mallo: «nos apedrearon llamándonos de todo”.
Un día, en el Madrid de los años 20, Federico García Lorca, Salvador Dalí, Margarita Manso y Maruja Mallo pasearon por la Puerta del Sol quitándose el sombrero. Esta actitud transgresora pretendía romper la norma y, metafóricamente, en ausencia de la pieza que tapa la cabeza, liberar las ideas y las inquietudes. El mismo Borges se hizo eco de esta práctica en su artículo “Los intelectuales son contrarios a la costumbre de usar sombrero”. Una de estas mujeres que protagonizó la anécdota, Maruja Mallo, la explica de la siguiente manera “Un día se nos ocurrió a Federico, a Dalí, a Margarita Manso y a mí quitarnos el sombrero porque decíamos que parecía que estábamos congestionando las ideas y, atravesando la Puerta del Sol, nos apedrearon llamándonos de todo” .
El origen del nombre Las Sinsombrero para denominar a las mujeres pertenecientes a la Generación del 27 viene del proyecto transmedia del mismo nombre creado por Tània Balló Colell, Serrana Torres y Manuel Jiménez Núñez que tomaron la anécdota contada por Maruja Mallo para dar nombre al proyecto que acabaría denominando a estas mujeres.
En plena dictadura de Primo de Rivera, en una España todavía cerrada y de espaldas al mundo, este gesto, quitarse el sombrero, los convirtió en rebeldes, especialmente a las mujeres. Para ellas, prescindir del sombrero implicaba abandonar el corsé de la época y, por tanto, no conformarse con el papel de esposas y madres.