POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Era un hombre alto, jovial, fortachón, desbordante de alegría incluso cuando la enfermedad hizo mella en su cuerpo. Los amigos le llamaban «Nachón» por lo grande y por lo bueno.
He de confesar que yo no le tenía muy tratado desde el punto de vista de amistad personal; sí admiré en él su pasión y entrega en favor de un ideal -mejor, un objetivo- de fondo cultural colungués puesto que el deporte es una forma más de cultura.
Ese objetivo se llama CLUB DEPORTIVO COLUNGA; o, si quieren, COLUNGA CLUB DE FÚTBOL; o, hablando en términos de síntesis: «EL COLUNGA».
Quizá la imagen más «visible» de esa entrega al «COLUNGA» fuera el verle, semana tras semana, recorriendo las calles de la villa con una carretilla repleta de «cosas» (unas veces mariscos; otras, un jamón con botellas de vino o de licor…) que sorteaba entre quienes le comprara «unes papeletes pa la rifa » porque el Club necesitaba dinero para sobrevivir en su categoría.
Ignacio, más que eficiente directivo del «COLUNGA», era el «currante animoso de su equipo».
Hace muchos años -porque esto sucedió en la década de 1950-60- , el «COLUNGA» inauguró su, entonces, nuevo campo de fútbol, el SANTIANES, en la misma ribera donde el río Libardón empieza a llamarse ría. Era alcalde del concejo don HERNÁN PÉREZ CUBILLAS, «don Hernán el de los Pablos».
Nuestra foto de hoy es un recuerdo y nostalgia del ayer. Fue tomada el día, entre solemne y festivo, de la inauguración del «Santianes».
Hoy, en el cielo de los futbolistas, Ignacio estará contándoles a «los de la foto» toda una larga historia que abarca desde un «segunda regional» a un «tercera división».
¡Animo, campeón! En el cielo también se juega «al balón», que, dicho así, es mucho más angelical que decir «football».