POR JESÚS MARÍA SANCHIDRIÁN GALLEGO, CRONISTA OFICIAL DE ÁVILA.

Ávila tuvo en Francisco José Barnés Salinas (1877-1947) uno de los más prestigiosos profesores de Geografía, Historia y Arte, que lo fue del Instituto de Ávila en el periodo (1907-1920), donde destacó como un avanzado pedagogo. También lo hizo como un beligerante activista republicano, fue elegido diputado por Ávila y miembro de la mesa de las Cortes (1931-1933) y desempeñó el cargo de ministro de Instrucción Pública (1933 y 1936). Dio un gran impulso a las políticas educativas promoviendo la creación de centros escolares en la capital y provincia, y en toda España, por lo que fue nombrado Hijo adoptivo de Ávila en 1936. Parte de su trayectoria vital fue reseñada en las páginas de El Diario de Ávila, ciudad donde siempre mantuvo casa abierta, hasta que se exilió en México con la familia. Los monumentos y arquitecturas abulenses fueron el complemento perfecto de las enseñanzas históricas y artísticas que impartió en Ávila y en el Instituto-Escuela (1920-1936), siendo un extraordinario guía de alumnos y maestros en excursiones y visitas culturales por la capital. Sus cuatro hijas,  las Hermanas Barnés (Dorotea, Adela, Petra y Ángela), educadas en Ávila en sus primeros años y aquí nacidas dos de ellas, fueron el mejor testimonio de una saga familiar comprometida con el estudio y la investigación y ejemplo del éxito de la mujer en los campos de las ciencias médicas y humanidades, carreras truncadas en España por la guerra civil.
Francisco Barnés nació circunstancialmente en Algeciras en 1877. Hijo de Francisco José Barnés y Tomás, y de Adela Salinas Gómez, originaria de Cuba. El padre fue un  sacerdote católico secularizado que dirigió el Instituto de Segunda Enseñanza de Lorca (Murcia), después impartió clases en las cátedras de Historia Universal de las universidades de Oviedo y Sevilla. En el epitafio de su tumba se le recuerda como doctor en Teología, y Filosofía y Letras, licenciado en Derecho y catedrático, finalizando con la inscripción: «No creyó en otros milagros que en la instrucción y trabajo humano», de ahí su implicación en el krausismo y la masonería.
El adolescente Barnés cursó la segunda enseñanza en el Instituto San Isidoro de Sevilla, en cuya universidad  Alma Mater Hispalense comenzó los estudios de Filosofía y Letras que acabó en Madrid, ciudad a la que la familia se había trasladado en 1899 y donde se vincula estrechamente con la Institución Libre de Enseñanza de la mano de Giner de los Ríos y el Ateneo. Finalizada la licenciatura accede pronto a catedrático, igual que su hermano Domingo. Ambos tuvieron una trayectoria pedagógica y política paralela, los dos ocuparon sucesivamente la cartera ministerial de Instrucción pública durante la segunda república.

1. PROFESOR Y CONCEJAL EN PAMPLONA. Con 23 años, Francisco Barnés Salinas, se traslada a Pamplona como catedrático de instituto de Geografía e Historia, donde permanece seis cursos (1900-1907), hasta su traslado a Ávila. La ciudad le da la bienvenida (El Eco de Navarra, 1/05/1900) y enseguida es noticia su boda celebrada en Madrid con doña Dorotea González, hija de Urbano González Serrano, catedrático de filosofía del Instituto madrileños de San Isidro. La ceremonia se celebró por el rito católico, así que Francisco Barnés tuvo que convertirse y bautizarse, pues su padre, presbítero de Lorca, se había separado de la Iglesia (El Liberal, 27/11/1900 y El País, 6/12/1900)
Durante la estancia en Pamplona, donde figura en los ecos de sociedad como viajero ilustre (El Eco, 19/09/1901), el matrimonio tuvo los siguientes hijos, los cuales luego se criaron en Ávila: Francisco (1902); Urbano (1903); Dorotea (1904) y Domingo (1906).  Coincidiendo con el Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia, el 11 de febrero de 2021, Pamplona reconoció los méritos de Dorotea Barnés González como pionera en el campo de la Química dedicándola una calle junto al parque creado en el solar del antiguo matadero,
En sus clases, Francisco Barnés puso en práctica los nuevos métodos educativos de las modernas corrientes pedagógicas, las cuales son especialmente valoradas también por los «clarísimos conocimientos que posee, no solo en las ciencias de su especialidad, sino en todas las afines», y del cariño que siente por el Magisterio (La Escuela moderna, 12/07/1905). A ello, Barnés suma su carácter reivindicativo en favor del Patrimonio cultural, siendo buen ejemplo su artículo denunciando la ruina del castillo de Olite (El Globo, 2/08/1905).
Aparte de su dedicación académica, Francisco Barnés pronto destaca por su compromiso político con el republicanismo, lo que manifiesta especialmente en la elecciones municipales de 1906. En dichos comicios es elegido concejal de Pamplona, donde se integra en la Comisión de Gobierno y la subcomisión de instrucción pública como miembro de la minoría liberal-republicana en un ayuntamiento de mayoría carlista (El Eco, 5, 14 y 16/01/1906).
Durante el primer año como concejal son notables las intervenciones de Barnés en las sesiones municipales, especialmente las que tratan temas de obras, alumbrado, empleo, beneficencia, cementerio, fiestas, programación teatral y defensa de la institución municipal del «Vínculo».  Igualmente, en el despeño de su actividad política fue muy aplaudido en el mitin anticlerical celebrado en la villa de Azagra al que siguió la música de charanga que ejecutó himnos liberales, mientras el pueblo prorrumpía en vítores a la libertad (El Liberal, 11 y 19/11/1906).
En sesión de agosto de 1907, Barnés «pide la palabra y en breves y sentidas palabras se despide de Pamplona y de sus compañeros», por su traslado a Ávila mediante permuta con Juan Fernández Amador de los Ríos (El Eco, 2/08/1907).
2. DOCENTE EN ÁVILA. Coincidiendo con el inicio del curso 1907-1908, Barnés toma posesión de la cátedra de Geografía e Historia en el Instituto de la calle Vallespín de Ávila, igual que lo hace el profesor permutado en Pamplona (Eco Navarra, 4/09/1907).
En Ávila, Barnés pone en práctica los principios de la Institución Libre de Enseñanza de Giner de los Ríos. Entonces, las corrientes pedagógicas europeas más modernas y el trabajo del Centro de Estudios Históricos que dirigía el historiador Manuel Gómez Moreno le sirvió para renovar la enseñanza de la Geografía y la Historia: «Defendía el método activo en la enseñanza, lo que él denominaba el método intuitivo, que incluía el estudio directo de la naturaleza, lecturas colectivas, utilización de recursos cartográficos, diálogo profesor-alumno, excursiones y salidas, pero sin olvidar el libro de texto», ha escrito Eliseo Moreno.
La Historia fue desde el principio una asignatura central dirigida a la educación de los estudiantes-ciudadanos en la conciencia histórica y la memoria colectiva de la cultura nacional española. En esta línea, Barnés fomenta las excursiones y visitas culturales. Un ejemplo es el viaje de sus alumnos realizado en 1917 a El Escorial, Madrid y Toledo, «con el fin de hacer aplicación de sus estudios por la visita a los monumentos que con ellos más íntimamente se relacionan en dichas ciudades» (DAV, 18, 05/1917). Robledo de Chavela (Madrid) fue también uno de los destinos de Francisco Barnés y sus discípulos en un viaje de ampliación de estudios históricos y de arte. Excursión esta que tuvo su continuidad en Segovia (DAV, 5 y 12.05.1919).
Otra visita artística dirigida por Barnés fue la programada a los monumentos de Ávila el 17 de mayo de 1918 para los asistentes a la Asamblea de maestros que celebraba entonces la Asociación provincial el Magisterio (DAV, 15/05/1918). Los asambleístas visitaron  el pórtico de San Vicente, donde Barnés, «después de atinadas y oportunas consideraciones históricas demostrativas del lógico desenvolvimiento de la arquitectura, hace aplicación práctica de lo indicado mediante la observación directa de todos los elementos artísticos que en sí tiene el hermoso templo, comparándolos con los de otros españoles y extranjeros. Explicada la exposición con el gracejo natural en el buen conversacionista y de incansable laringe, cautiva al auditorio y le entusiasma de tal moto, que hubiera continuado de no ser preciso concurrir  a la cinco y media a la Normal» (18/05/1918).
Al día siguiente tuvo lugar «la anunciada visita a los palacios de los señores conde de Crecente, marqués de Benavites y Superunda, bajo la dirección del Sr. Barnés, quien cautivó de nuevo a los asambleístas con su extraordinaria cultura, ameno y correcto lenguaje e insuperable amabilidad. Les hizo admirar y apreciar las bellezas que encierran dichos palacios señoriales; los recuerdos que evocan; la significación de los emblemas de sus escudos nobiliarios; las hermosas colecciones que contienen y los convierten en verdaderos museos del arte en sus múltiples manifestaciones, sobre todo el del marqués de Benavites que está «tan abarrotado de cuanto puede coleccionarse por quien tiene amor al arte y medios sobrados para adquirir que resulta imposible colocar más. Todos los asambleístas se hacían lenguas para reconocer la gran competencia en arte del Sr. Barnés y nos rogaron le hiciéramos pública su gratitud desde el periódico, lo que efectuamos de buen grado, lo mismo que al resto de los que han intervenido en el cursillo» (DAV, 22/05/1918).
En otra ocasión, los expedicionarios fueron los asistentes al mitin sanitario que tuvo lugar en el Teatro Principal con intervención del médico de Villatoro Santiago Torres Alonso y los Srs. Francos Rodríguez, Juarros, Recasens y Cortezo. Seguidamente, Barnés guió entonces la visita por «la Catedral, San Vicente y la Capilla de Mosén Rubí, admirando las bellezas arquitectónicas de nuestros históricos monumentos», (DAV, 3/02/1919).
Otros aspectos de su vida laboral que se apuntan en la prensa son que en el curso de 1911 renuncia a la cátedra de Geografía e Historia de la Escuela Normal de Maestros, permaneciendo en su cátedra del Instituto (DAV, 20/11/1911). Años más tardes se le concede la compatibilidad para dedicarse a la enseñanza privada (DAV, 5/11/1914), a la vez que participa con frecuencia como miembro de los tribunales de examen en el Instituto General y Técnico (DAV, 29/05/1915), y de maestros (DAV, 3/12/1917 y 11/03/1918).

3. RELACIONES FAMILIARES. Sobre la vida familiar en Ávila de Francisco Barnes, en esta primera etapa abulense (1907-1920), diremos que habita una vivienda en la calle Duque de Alba, nº 10, 1º dcha., frente al convento de las Adoratrices y palacio de los Guillamas, muy cerca del antiguo seminario y de la casa de los Sánchez Albornoz, y de la vivienda que ocupaba el arquitecto Enrique Mª Repullés en sus estancias en Ávila. Aquí se asienta el matrimonio en 1907 con sus hijos pequeños Francisco, Urbano, Dorotea y Domingo. Más tarde nacieron Adela en 1908, Petra en 1910, Ángela en 1914, Juan en 1915 y Pedro  en 1920 (†).
Hacia 1910, su cuñada y hermana de su esposa, María Luisa González de la Calle, se casa en Navalmoral de la Mata con el farmacéutico y profesor José Giral Pereira, antiguo boticario de Mingorría y futuro ministro y presidente de gobierno, iniciándose desde entonces una estrecha relación familiar y política entre ambos, la cual se acrecienta con el matrimonio de los hijos de los hijos de ambos Petra Barnés y Francisco Giral.
Con frecuencia, la familia es noticia en los ecos de sociedad de Ávila.  Así, El Diario informa de la marcha en tren a Madrid de Barnés acompañado de sus hijos (DAV, 31/01/1913). Igual que lo hace de su regreso de vacaciones en San Sebastián (DAV 21/08/1916), o nuevos viajes a Madrid (DAV, 12/12/1916), lo mismo que anuncia el regreso del veraneo de toda la familia (DAV, 2/07/1921). También se ocupa El Diario de la situación familiar de Francisco Barnés alegrándose de la mejoría de su esposa enferma (DAV, 9/10/1918), así como de la curación de una molesta afección en la cara (DAV, 13/11/1918), motivo éste que le obligó a dejarse barba. En otra ocasión, son noticia las hijas, Dorotea y Adela Barnés, que cursan estudios en el conservatorio y tocan en un concierto notable en la fiesta musical organizada por su profesor Manuel Peñalva (DAV, 18/06/1919).
Coincidiendo con la apertura del curso de 1920-1921 del Instituto General y Técnico, El Diario de Ávila publica la relación de alumnos que durante el curso anterior de 1919-1920 obtuvieron Matrícula de Honor. En ella figuran, entre los buenos estudiantes, los hijos mayores de Barnés, quienes se habían examinado por libre obteniendo la máxima calificación: Dorotea y Domingo Barnés González, en Historia de España; y Francisco y Urbano, en Ética y Rudimentos de Derecho (DAV, 1/10/1920).
Por otro lado, la desgracia se ceba en la familia con la muerte de dos de los hijos. El joven estudiante Domingo Barnés falleció con trece años a finales de 1919 (DAV, 9/01/1920). Meses después muere en Madrid «el niño Pedro Barnés, hijo de nuestro querido amigo el Catedrático de este Instituto, D. Francisco, a quien, como igualmente a toda su distinguida familia, enviamos la expresión de nuestro sentimiento», reseña el periódico (DAV, 7/05/1920).
Con el traslado a Madrid de la familia en 1920, al ser nombrado profesor del innovador Instituto-Escuela, se abre una nueva etapa para los Barnés, quienes siempre permanecerán vinculados a Ávila participando de sus eventos y veraneando aquí, aparte de ser la circunscripción por la que Francisco Barnés fue elegido diputado a Cortes en 1931.
4. ACTIVIDAD PÚBLICA. En su faceta pública y de integración en la vida social abulense,  Barnés figura como un colaborador de las más variadas causas. Así, contribuye con  una «suscripción para socorro a las familias de los reservistas» (DAV, 15/09/1909). Es uno de los cinco profesores abulenses firmantes del manifiesto que rubrican un total de 500 en toda España, en favor de la libertad de cátedra, de conciencia y de enseñanza (DAV, 31/03/1913). Y participa en el homenaje brindado al pintor Eduardo Chicharro con un banquete en el restaurante «Pepillo» (DAV, 20/09/1913).
Por su lado, Dorotea, hija mayor de Barnés, figura entre los donantes para regalar la bandera de gala a los «Los exploradores de Ávila», Asociación infantil y juvenil católica, fundada inspirada en los  «boy scouts»  de Baden-Powell, cuyo objetivo era la educación física, moral, cívica y patriótica (DAV, 2/04/1914). Más adelante, en 1917, Francisco Barnés promueve una suscripción en el Instituto de Ávila y en el Colegio de Isabel la Católica de Arévalo para la restauración de la casa señorial donde nació el reconocido historiador Modesto de la Fuente y Zamalloa en la localidad palentina de Rabanal de los Caballeros (DAV, 21/05/1917). En otra oportunidad, Barnés colabora en la suscripción para organizar un reparto de comidas, ropas y juguete, a los niños pobres de las escuelas y asilos de la capital (DAV, 24/12/1918).
Barnés también contribuyó a la suscripción abierta a favor del catedrático de universidad Julián Besteiro Fernández, futuro presidente de las Cortes en 1931, que se encontraba entonces preso en Cartagena por su protagonismo en la huelga general de 1917 (DAV, 24/03/1918). Igualmente, acudió al llamamiento a la caridad pública de El Diario de Ávila para socorrer con sus limosnas a los damnificados del incendio de Huerta de Rey (Burgos) (DAV, 23/04/1918). Finalmente, es significativa la participación de Barnés en la suscripción popular para constituir una sociedad que se encargue de la realización del proyecto de abastecimiento de agua potable a la capital, siempre escasa (DAV, 6/08/1919).
Por otra parte, además de su dedicación a la enseñanza y actividad política, Barnés, fu especialmente reconocido por su prestigio académico e intelectual en varios órganos administrativos y diversas actividades públicas que tienen lugar en la capital.
Así, forma parte de la Comisión ejecutiva de la Junta del Fomento del Turismo  de Ávila constituida en 1912 bajo la presidencia de  Celedonio Sastre con el beneplácito del Comisario Regio del Turismo, el Marqués de la Vega Inclán, donde también están Manuel Sánchez Ramos, el cronista Marqués de Foronda, el Arquitecto municipal y el director de El Diario de Ávila, y otros (DAV, 8/01/1912). Entre las acciones de dicha Junta se aprobó su colaboración con el Ayuntamiento en la edición de una guía de Ávila y, a propuesta de Francisco Barnés, la edición de «una copiosa edición de hojas guías de propaganda pira ser repartidas en todos los centros de viajeros que así podrán conocer lo más sobresaliente que Ávila ofrece a la contemplación de los expedicionarios bajo el punto de vista artístico, histórico y religioso» (DAV, 16/08/1912).
Por su fuerte personalidad, méritos y reconocida competencia, Barnés es requerido por el Gobierno para colaborar con la Junta de propaganda de Ávila en el II Congreso de Ciencias Administrativas, cuya celebración se programa para el segundo trimestre de 1914, (DAV, 6/03/1912).  Mientras que la Comisión provincial de Monumentos, de la que formaba parte, en sesión del mes de julio de 1912, propuso, por unanimidad, a la Real Academia de la Historia, el nombramiento como académicos correspondientes de la RAH a Francisco Barnés Salinas, distinguido catedrático de Historia y Geografía del Instituto abulense, y a Fernando Rodríguez de Guzmán, Archivero de la Delegación de Hacienda y Jefe de la Biblioteca provincial, lo que anuncia El Diario añadiendo su enhorabuena a tan excelentes funcionarios y queridos amigos (DAV, 9/07/1912). Más adelante, el 25 de octubre de 1912, Barnés participó en la inauguración del grupo escolar Cervantes de Ávila en la calle Trinidad, cuya primera piedra había sido puesta el 9 de mayo de 1905. Al acto asistieron el ministro Santiago Alba y todas las autoridades abulenses políticas y académicas (DAV, 25/10/1912).
Igualmente, en diciembre de 1912, Barnés es nombrado miembro de la Junta consultiva de Teatros que preside el Gobernador civil, y de la que forman parte el Alcalde, dos Diputados provinciales, el arquitecto municipal y el Comisario Regio de Fomento (DAV, 19/12/1912), con competencias en materia de inspección, vigilancia, protección y fomento del teatro. Más adelante, Barnés se integra en la sección de Arquitectura de la Comisión de Turismo cuyo objeto era el de velar por la protección del patrimonio histórico  en las distintas obras que se acometan, revocos de fachadas y alineaciones que se realicen, y conservación y defensa de los monumentos, así como su divulgación en vistas fijas y cinematográficas nacionales y extranjeras (DAV, 27/04/1918). Por último, el periodista ‘Vega-Alberche’ se felicita por la creación de la Federación de turismo provincial de Ávila, agradeciendo el trabajo de la Junta municipal de Turismo en la que participa Barnés (DAV, 25/06/1918).
5. propagandista republicano. El profesor Barnés pronto se integra en la sociedad abulense defendiendo sus ideales republicanos en un clima mayoritariamente monárquico y conservador, igual que ya hizo en Pamplona, donde dominaba el partido carlista. Las manifestaciones públicas de tal ideario las encontramos en mítines, conferencias y discursos que reseña El Diario de Ávila.
Buen ejemplo de sus primeras intervenciones políticas en Ávila se producen en el mitin o «isidrada» de la llamada Alianza liberal o Bloque de republicanos, demócratas y liberales,  que tuvo lugar en Ávila el día de año nuevo de 1909, donde Barnés «estuvo muy fácil de palabra. Saludó a los elementos liberales; con suma habilidad y gran mesura, aludió a la Reforma llevada a cabo por santa Teresa; se dirigió a los obreros, definió la situación de los republicanos en el bloque», siendo fuertemente ovacionado (DAV, 2/01/1909; La Lectura Dominical, 9/01/1909).
Otros oradores fueron Ramón Castillo Soriano, abogado y senador; Nicasio Velayos, abogado; Hermenegildo García, albañil; Francisco Vázquez, carpintero; Antonio Tuñón de Lara, catedrático de matemáticas; José Sahagún, médico y diputado provincial; Santiago Torres Alonso, médico rural; Manuel Martínez Conde, abogado y ex juez; Manuel Soria; Jiménez Muñío, redactor de La Moraña; y Pedro Sánchez Baquero, catedrático de literatura. Un mes después la intervención de Barnés fue tachada de arrogante y tendenciosa por el Licenciado y presbítero Mariano Guerras (DAV, 8/02/1909).
Sobre las impresiones de reorganización de los republicanos en Ávila, con decisiva participación de Barnés, reunidos en Barco de Ávila, acogidos por Manuel Martínez Conde, da cuenta el periodista Hilario Tames y Oña que firma como ‘Vega-Alberche’ (DAV, 27/02/1909): «Es el Sr. Barnés un propagandista incansable de las ideas republicanas y un firme y tenaz mantenedor de las aspiraciones de anticlericalismo. Es acaso el propagandista más temible, de las ideas radicales que han podido caer en Ávila. Persona altamente social, de gran mundo y muy conocedor del hombre; de gran penetración e instrucción para percatarse de las circunstancia que le rodean; dominador rápido y certero de todas las situaciones; de actividad incansable; familiarizado con la tribuna y la polémica, viva y agresiva a veces, tolerante en ocasiones; llegó a Ávila, después de haber organizado el partido republicano en otras provincias, entre ellas Navarra, si mal no recuerdo y pronto se dio cuenta de la situación política abulense» (DAV, 1/03/1909).
Se le reconocen excepcionales aptitudes y excelentes cualidades, pero «la historia política del Sr. Barnés en Ávila es de hace muy poco tiempo y no está aún bien delineada. Porque si como bloquista e individuo del Comité constituido por el Sr. [Ramón Castillo] Soriano, fue a la conjunción [republicano socialista] para ayudar a con su esfuerzo a la consecución del programa de Zaragoza, solo le hemos visto, como republicano y de los más ‘zurdos’ (perdone el buen amigo la genialidad) prescindir de lo convenido al constituirse el bloque y ocuparse preferentemente y con verdadero afán de la reorganización de su partido, que es el antidinástico, antirreligioso y todos los ‘antis’ que podamos añadir (…) El error de querer conquistar las simpatías de un pueblo religioso como es Ávila, atacando sus piadosas creencias y sus más venerables glorias y no será muy aventurado y menos temerario,  cabe supone que esas doctrinas no encuentren muchos partidarios o Ávila dejaría de ser lo que es, y esa predicación es completamente estéril (…) En resumen, entiendo que si el partido republicano se organiza, (hipótesis que solo puede admitirse por el esfuerzo de esas dos personalidades) como tal partido republicano, no tendrá fuerza bastante para influir en la historia política de la provincia, que no tiene nada de republicana y sí mucho de religiosa y de monárquica» (DAV, 2/03/1909).
En las elecciones generales y municipales de 1909, el Bloque que agrupa a liberales, republicanos y socialistas, Barnés, junto al  jefe bloquista y senador, Ramón Catillo Soriano, encabeza la lista electoral, seguido de Melero, Busquet, Baquero y Velayos. Ante el fracaso, El Diario apunta: «El ilustre catedrático, no fue objeto de respetuoso, entusiasta y universal homenaje por parte de la ciudad entera» (DAV, 28/04/1909). Más tarde, se enfrenta al ala más radical de su partido, liderado por el abogado Nicasio Velayos, que se salda con la victoria de Ramón Castillo en las elecciones de diputados a Cortes por Ávila en 1910, quien termina su trayectoria como senador por Ávila en 1916.
Ante la convocatoria electoral a senadores de 1914, Barnés figura entre los compromisarios que participarán en su designación (DAV, 12/03/1914). También fue elegido por la Junta municipal del Censo electoral como presidente de la mesa de la sección segunda del distrito de San Pedro para los años 1915 y 1916 (DAV, 2/12/1914). Tiempo después, el periodista ‘Vega Alberche’ (Hilario Tames) ratifica el fracaso organizativo de un partido republicano en Ávila en ese momento (DAV, 9/02/1915), lo que no impide que en la Casa del Pueblo se celebrara un «mitin republicano-socialista, pro triunfo de los aliados» de la primera guerra mundial con participación de Barnés, Martínez Conde, Melero y Ángel Torres Alonso (médico de Villatoro), lo que no fue muy exitoso, al decir de El Diario (DAV, 18/11/1918).
6. CONFERENCIAS Y DISCURSOS. «Trabajo y producción», «Historia del socialismo» y «Descubrimiento del nuevo mundo», son algunos de los temas tratados en las elocuentes conferencias que Francisco Barnés impartió para empresarios, obreros y conmemoraciones oficiales. Así, en el Círculo Mercantil e Industrial de Ávila, El Diario anuncia la conferencia que «el ilustrado Catedrático del Instituto General y Técnico, D. Francisco José Barnés Salinas, desarrollará con el siguiente tema: «Los gremios, instituciones modernas del trabajo y la producción». Ese mismo día, el Coliseo Abulense anuncia la representación la obra Los intereses creados de Jacinto Benavente (10/02/1911).
En la crónica del evento leemos: «Con palabra fácil y elocuente, y dando pruebas de una erudición vastísima el señor Barnés mantuvo la atención de su escogido auditorio durante cinco cuartos de hora, siendo frecuentemente interrumpido por los aplausos de la concurrencia, que escuchaba los brillantes periodos de su disertación. El Sr. Barnés comenzó su discurso dirigiendo un cariñoso saludo al Círculo Mercantil e Industrial, manifestando que pocas veces dirigía la  palabra al público con tanto gusto como en la ocasión presente, pues la  labor que viene realizando este Centro es digna de todo elogio, tratándose de una población muerta como Ávila».
Y añade que «ha elegido el tema del trabajo, por ser el lazo que une a todos sin distinción de ideas políticas y religiosas. Califica a los trabajadores de Ejército aguerrido, y que como tal debe tener una organización y una disciplina, pues sin estos dos requisitos no hay vida social posible». Expone cómo estaba organizado el trabajo en las distintas civilizaciones de la historia (Grecia, Roma, Imperio Germánico, Edad Media, etc.) así como la organización comercial y las asociaciones obreras (cooperativistas y sindicalistas».
Por último, «el Sr. Barnés terminó su discurso, escuchando una gran ovación, y recibiendo gran número de felicitaciones. Su labor fue digna de una y de otras, pues supo apartarse de toda idea sectaria, y su palabra fue serena y elocuente. Una de las muchas felicitaciones que anoche recibió [fue] la nuestra. En la mesa presidencial se sentaron: el digno Gobernador de esta provincia, el Sr. Soriano, diputado a Cortes por este distrito, el Alcalde de Ávila, y el Presidente del Círculo Mercantil e Industrial, D. José Aguirre. La concurrencia fue numerosa y  escogida» (Fdo. Santos, DAV, 13/02/1911).
En otra ocasión, en el local de las Sociedades obreras de Ávila y ante numeroso público en el que se veían bastantes mujeres, el 19 de abril de 1911, tuvo lugar la «conferencia del docto y elocuente catedrático D. Francisco Barnés, siguiendo su notable disertación sobre historia del socialismo. El Sr. Barnés fue aplaudidísimo varias veces, y al final objeto de prolongada ovación» (El Mundo, 20/04/1911).
En 1919 se celebra en Ávila la ‘Fiesta de la Raza’, que es fiesta de exaltación patriótica y de confraternidad entre dos mundos, España y América. Con tal motivo tiene lugar una velada literario-musical en la Casa Consistorial. Intervinieron profesores y alumnos del Instituto, de la Escuela Normal de Maestros y de la Academia de Intendencia. Y junto a José Mayoral y Salvador García Dacarrete lo hace Francisco Barnés, quien puso fin a la fiesta con una «una explosión de bellas imágenes, de conceptos luminosos, de frases sublimes. Su palabra sonora, que es estridente en los momentos culminantes, va sacando desde una leyenda escandinava al símbolo que le sirve de clave explicar la epopeya del descubrimiento del Nuevo Mundo» (DAV, 13/10/1919).
FUENTE: https://www.diariodeavila.es/opinion/z44f418ec-941f-59db-add7b2e0676962ae/202503/encuentros-en-avila-con-francisco-barnes-salinas-i