POR JOSÉ ANTONIO AGÚNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE MALPARTIDA DE CÁCERES
In crescendo. La charca del Barruecos de Abajo sigue aumentando su nivel debido a las lluvias y a los excesos de caudal de las charcas situadas cuenca arriba. Para alegría de los lugareños, poco a poco las aguas se extienden y cubren las peñas y peñascos que aparecen a modo de icebergs. Parece que la sequía queda atrás. Nuestros antepasados, siempre previsores, idearon desde tiempo inmemorial esta red de pequeños embalses conocedores de la necesidad de disponer de agua en una tierra en que es recurso caprichoso y escaso. Sabían que el agua es vida, y de ella vivieron ellos, sus familias y ganados, comieron su pescado, lavaron sus ropas, con ella dieron trabajo a cientos de empleados de la industria de la lana, molieron el grano, cultivaron sus huertas y también hicieron deporte, crearon arte, recibieron visitas, lo pasearon, lo disfrutaron… Pero todo debe seguir manteniéndose bajo un modelo sustentable y sostenible. Esta es la lección. Las aguas están tan limpias y tranquilas que desde el embarcadero vi nadar a las tencas, los pájaros cantar in crescendo y al paisaje mirarse orgullosamente en aquel espejo.