POR JOSÉ ANTONIO AGÚNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE MALPARTIDA DE CÁCERES
Hoy mi aplauso va dedicado a todos esos pajaricos que soportan las jaulas de este confinamiento casero. Si es duro para padres y mayores, cómo no va a serlo para los niños y sus almas libres. ¡Qué difícil ha de hacerseles entender todo!. Me viene a la memoria un poema de Vicente Medina que nos recitaba mi padre. Se titula precisamente «Los pajaricos sueltos». Es un poco triste pero ahí va: «No mandes a los nenes a la escuela/ porque no la han abierto/ y está, si es que el Señor no hace un milagro,/ cerraíca pa tiempo…/. Ha caído en la cama, mu malico el maestro,/ y es cosa de temer, por las señales,/ que ya no se levante el pobre viejo…/ Una jaula vacía, paece la escuela con aquel silencio, / y por juera corriendo los zagales,/ una bandá de pajaricos sueltos/. Ya doblan las campanas…/ ya arremató el maestro…/ mucha pena me da, porque era un hombre/ de los pocos c´hay güeños…/ mucha pena me da por los zagales…/ ¡No paro de pensar qué va a ser de ellos!» Abrámosles las escuelas del corazón para ofrecerles toda nuestra atención y afecto pues son lo más bello que tenemos. Por favor, niños, seguid pintando arcoiris de esperanza…