POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)
Fue el día 10 de octubre, del año 1918, cuando desde la Jefatura Provincial de Sanidad, de Murcia, se recibe una comunicación sobre la epidemia de gripe, en toda España y, en la Región de Murcia, con especial mención a la comarca del Valle de Ricote.
Concretamente, en Ulea, afectó de forma devastadora ya que, de 1355 habitantes que tenía en el último censo de población, habían enfermado 375 personas con carácter de gravedad y, de ellas habían fallecido 8 personas diarias, durante cinco días.
Se da la circunstancia de que, entre los primeros atacados por la epidemia gripal se encontraba el Médico titular de Ulea. Tanto el Alcalde D. Lázaro Hita Martínez, como el Cura Párroco D. José Azorín Piñero, quedaron afectados por el virus de la gripe, pero, a pesar de todo, se volcaron en atender a los más atacados y necesitados e, incluso, ayudaron en tareas sanitarias al médico que resultó atacado de gravedad, aunque, por suerte, superó los efectos de la epidemia
El diario de Murcia del día 15 de octubre, destaca qué, el Obispado de Cartagena-Murcia, había donado la cantidad de 700 pesetas para socorrer a los afectados en Ulea.
También resalta el diario murciano que debido a que el foco de infección había venido del extranjero, el gobierno español ordenó el cierre de las fronteras con Portugal y Francia.
Epidemiólogos murcianos indicaron que la mayoría de las personas fallecidas eran de edad avanzada y que gran parte, habían trabajado en las minas de hierro y cobre de Ulea.