POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Hoy martes, 25 de agosto de 2020, es fiesta local en Colunga. Un día especial porque Lastres -o Llastres, como se dice ahora- celebra su «final de fiestas» en honor de San Roque; aquel santo que en su peregrinar a Roma fue socorriendo pobres, curando enfermos, repartiendo bondad y caridad entre las gentes. Por eso es patrono de peregrinos, de médicos, de enfermeros, de sanitarios (empleo el masculino como genérico, siguiendo las normas de la Real Academia) y abogado contra epidemias y pandemias de pestes contagiosas.
¿Saben ustedes una cosa curiosa? Santiago de Compostela tiene a San Roque como su patrono y no al Apóstol Santiago que , si no me equivoco, era nieto de Santa Ana y ,por tanto, primo de Jesús de Nazaret.
El martes de San Roque, en Llastres, es día de fiesta profana. De fiesta juvenil en el muelle durante la tarde (juegos, cucañas, etc.) y de todo público en la anochecida con grandiosos fuegos artificiales en el mar y posterior verbena en tierra.
La fiesta religiosa tuvo su protagonismo el domingo pasado, si bien este año se redujo a la misa solemne y una reducida procesión para llevar al Santo desde la Iglesia parroquial hasta su ermita, atalaya desde donde se divisa ese abrazo de agua y piedra que forman el mar Cantábrico y el monte Carrandi con el Picu Pienzu en alturas de cielo azul.
Les cuento:
Hubo en Colunga un «carpinteru-poeta», hermano del fotógrafo Emilio Alonso («Milio el retratista»), que también era carpintero-ebanista, llamado RUFINO ALONSO. Muchas de sus poesías, en gran parte destinadas a la devoción hacia la Virgen de Loreto, refieren tradiciones, leyendas, costumbres… del municipio colungués.
Una de ellas, titulada «HEREXÍA DE XUANÓN», tiene a un llastrín como protagonista en su fiesta patronal. Se la transcribo literalmente.
«Miraba Xuan el bustu de San Roque
de un altar arriba, en lo cimeru;
y viéndolu adorar del pueblu enteru,
farfulla irrespetuosu el muy bodoque:
¿Cómo vo yo adorar, dixo chanceru,
solmenando nel aire la montera,
a esti santu que baxu la panera,
vieron mios güeyos cuando fue maderu?
Una vieya que oyó tal expresión,
que rezaba allí, al pie do taba Xuan,
adorando al santín con devoción,
fue corriendo a dicilo al sacristán.
Llamáronlu ¡xudíu! y el tal Xuanón
untoyos a los dos el cordobán.»
Explico: «Cordobán» es una pieza de cuero curtido, siendo muy cotizadas las que proceden de machos cabríos. Las de calidad inferior se destinan a la fabricación de correas, cinturones, etc.
Tal parece, por lo que cuenta Rufino, que el tal Xuanón la emprendió a latigazos con su «corrión» (cinturón de cuero) contra el sacristán y la denunciante.
Fue muy frecuente en los pueblos donde ejercían carpinteros-ebanistas el que estos colaborasen con la iglesia fabricando retablos para altares, tallando imágenes con destino a su culto… Lo usual era que utilizaran maderas de arbolado local (roble, castaño, cerezo, …) fáciles de conseguir, de tallar y de «duración asegurada».
Lo decía el cantar:
«Era de peral el santu,
que lu fixo un carpinteru.
Por eso pesaba tantu
el santísimu maderu.»
Amigos llastrinos, ¡¡¡Feliz martes de San Roque 2020 y que el Santu nos proteja del «virus maligno»!!!