POR JOSÉ ANTONIO RAMOS RUBIO Y ÓSCAR DE SAN MACARIO, CRONISTAS OFICIALES DE TRUJILLO Y DE CASAS DE DON ANTONIO (CÁCERES)
Situada en un descampado próximo al Casar de Cáceres (1) y en la carretera que conduce a la población de Arroyo de la Luz, perteneciente a la jurisdicción de la parroquia del Beato Espínola de Cáceres, la ermita de San Jerónimo es un edificio rematado con contrafuertes que se levantan en sus cuatro esquinas, una pequeña espadaña y paredes encaladas.
Es una sencilla construcción de mampostería encalada, con una nave dividida en dos tramos, cubiertas con bóvedas de aristas y cabecera rectangular cubierta con bóveda de aristas, presentando al exterior una estructura a dos aguas.
En el muro de la Epístola hay una pequeña habitación que cumple las funciones de sacristía, cubierta con bóveda de aristas y una ventana en arco de medio punto que permite la entrada de luz. La puerta de entrada se sitúa los pies, adintelada y enmarcada por un arco de medio punto; sobre el mismo lienzo, una espadaña popular. Es una obra del siglo XVIII, que se ha conservado muy bien gracias al esmero de la familia González Calzada.
En el interior, en el muro del Evangelio, hay dos imágenes modernas de la Virgen de Fátima y Santa Rita, de hacia 1916; y en el muro de la Epístola una pila de agua bendita de una pieza del siglo XVIII, de granito; por encima de ella hay una pequeña imagen de San Antonio con el Niño sobre una peana, de escaso valor artístico, y un Crucificado pintado sobre una cruz, interesante obra del siglo XVIII.
Hemos de destacar un óleo sobre lienzo que representa a San Jerónimo en un lateral del altar mayor; el santo aparece representado en el momento en que le sorprende una poderosa luz que entendemos es el momento de la llegada del ángel que, con el sonido de su trompeta, lo distrae de sus oraciones. Su figura ocupa toda la escena de cuerpo entero, arrodillado, con sus atributos. Detrás asoma la cabeza del león (2) y en las manos sostiene una cruz y en la diestra una piedra, con la cual aparece en algunas otras escenas golpeándose el pecho. Hay una calavera bajo el tronco en el que se apoya el santo, y el capelo o sombrero cardenalicio, símbolos iconográficos tradicionalmente vinculados a San Jerónimo, cuyo cuerpo desnudo cubre parcialmente con una tela de intenso color rojo, formada por amplísimos pliegues que le proporcionan un considerable volumen. Concretamente en el torso el contraste de luces y sombras consiguen representar un cuerpo envejecido con gran realismo.
Es un lienzo inédito, consiguiendo el artista anónimo una composición correcta y un dibujo flexible y equilibrado, en una escena característica de las representaciones de artistas de la escuela castellana, ubicada en un paisaje boscoso dado que el capelo aparece anudado al tronco de un árbol en el ángulo derecho inferior, y San Jerónimo aparece con la mirada fija, casi en éxtasis, arrodillado encima de ramajes. El lienzo no está firmado ni fechado; consideramos que se trata de una obra de los inicios del siglo XIX, en mal estado de conservación.
Preside el presbiterio un retablo mayor rococó, de un cuerpo y tres calles con dos columnas estriadas y rocallas y remate en frontón, restaurado en el año 2006 por el taller de restauraciones ‘Gótico’, con una hornacina central entre dos columnas estriadas que alberga la imagen de San Jerónimo, de discreto valor artístico. A ambos lados de la imagen de San Jerónimo hay un Corazón de Jesús y una imagen de la Virgen del Carmen, de los talleres de Olot (Gerona), de la primera mitad del siglo XX.
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Notas:
1. Agradecimiento a doña Manoli Calzada por facilitarnos el acceso a la ermita.
2. Cuenta la leyenda que un león se acercó al monasterio y que San Jerónimo, sin asustarse, le ayudó a quitarse una espina en una de sus zarpas. A partir de ese momento el león sería el compañero fiel del santo.
Fuente: https://www.grada.es/