POR JUAN CUÉLLAR LÁZARO, CRONISTA OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE VILLA Y TIERRA DE FUENTIDUEÑA (SEGOVIA)
Si hay un pueblo del norte de nuestra provincia segoviana que es conocido por sus ricos productos gastronómicos este es Sacramenia, que bien puede presumir de su insuperable asado de cordero lechal (lechazo, como decimos por aquí), de sus quesos, de su pan artesano, y de sus buenos caldos, que desde hace algo más de un año han pasado a ser denominación de origen dentro de la conocida como Comarca de Valtiendas.
Pero el nombre de Sacramenia no sólo va unido a la gastronomía. También su patrimonio histórico-artístico merece una mención especial. Sus distinguidas iglesias de Santa Marina y San Martín bien merecen una visita tanto por su arquitectura, en parte románica, como por los bienes muebles que albergan en su interior.
Orgullosos de todo esto, sus habitantes, no obstante, no cejan en su empeño de seguir engrandeciendo y promocionando Sacramenia, y desde hace varios años, la Asociación “Nuestra Olma” ha instituido en el mes de agosto unas Jornadas Medievales que se van dando a conocer cada vez más y que van ya por su cuarta edición.
Pero la gran preocupación que tienen ahora sus gentes en lo relativo a su patrimonio arquitectónico es el lamentable estado en el que se hallan los restos de la ermita de San Miguel, uno de los elementos artísticos más importantes existentes en la comarca pero que algunos acontecimientos desgraciados, el abandono y el expolio le han llevado a una situación extrema, y que de no intervenirse en ella de forma urgente puede llevar irremediablemente a su ruina total y a su desaparición, algo imperdonable en los tiempos que corren a pesar de la pertinaz crisis económica que atravesamos. Construida en el siglo XII sobre un asentamiento del IX, fue declarada Monumento Histórico Artístico en 1983.
Y esta preocupación, encabezada como es lógico por el Consistorio de la localidad, también es compartida por la Asociación artístico-cultural “Nuestra Olma”, cuyo principal objetivo cuando se fundó, precisamente, era conseguir la restauración de dicha ermita, recuperando para ello la tradicional rogativa a la ermita que se celebraba desde tiempo inmemorial el 8 de mayo, y que ha servido en parte para denunciar su ruinoso estado. La implicación de los socios es tal que, incluso, estarían dispuestos, si así se les autorizara, y con el asesoramiento de los técnicos responsables al efecto, a recaudar lo que se pueda necesitar para, al menos, cercarla y preservarla de esos visitantes desaprensivos que provocan daños en ella, e incluso a consolidarla en lo posible sin alterar sus elementos artísticos para que se pueda seguir recitando el cuarteto del soneto que el poeta dedicó a Sacramenia y que se refería a la ermita en estos términos: “San Miguel, en lo alto, es la veleta,/ impasible a los cierzos otoñales./ Desde todos los puntos cardinales/ se divisa su grácil silueta”.
Por todo ello, durante la celebración de las últimas Jornadas Medievales, la Asociación quiso hacer un gran regalo a todo el pueblo iluminando la ermita mientras celebraban la cena al estilo de la época. La reacción y el agradecimiento del pueblo fueron muy gratificantes, por lo que “Nuestra Olma” está gestionando los trámites oportunos para que su ermita quede iluminada siempre. A estos efectos se ha abierto una cuenta para toda persona o entidad que quiera unirse a ellos y pueda ayudar, y que se puede consultar en su página web http://www.nuestraolmasacrameniasociacio.es/
En los últimos encuentros con representantes de la Junta de Castilla y León parece vislumbrarse que comienza a haber buena disposición para que en los presupuestos de 2014 pueda llegar algún fondo para estos fines.
Fuente: http://www.eladelantado.com/