POR ÓSCAR DE SAN MACARIO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE DON ANTONIO (CÁCERES)
Está ubicada en el Real de las Eras, muy próxima a la urbanización de la Cañada. Es un templo del siglo XVI, pero ha llegado a nuestros días muy reformado, conformándose una construcción que data del siglo XVIII, en un claro estilo barroco, con una destacada cúpula y espadaña. Según reza en una inscripción fue restaurada por la Escuela Taller ‘Los Barruecos’ en 1997.
La ermita es un edificio de mampostería y cantería. Se accede al interior por una sencilla puerta, situada a los pies, con arco de medio punto, precedida de un pórtico con triple arquería de medio punto con dos de los laterales tapiados y con cubierta con vigas de madera. La ermita es de una nave en tres tramos; la capilla mayor se cubre con cúpula semiesférica y la nave con bóveda de cañón con lunetos, sobre arcos de medio punto descansando sobre pilares adosados.
En el presbiterio se conserva una escultura de madera policromada, del siglo XIX, situada en un retablo neogótico, que representa a Santa Ana con la Virgen Niña. En la sacristía hay una imagen de la Virgen en cerámica policromada, de pequeñas dimensiones, del siglo XVIII. También hay un Crucificado del siglo XVIII, en barro cocido, policromado, muy popular.
El día de su festividad, el 26 de julio, se sigue realizando una misa en esta ermita y una procesión de la Santa, portada por mujeres, en los alrededores del templo. Desde que en 1584 la fiesta de Santa Ana quedó fijada ese día su devoción y culto se extendió por todo occidente -más que el de San Joaquín, su esposo-. Santa Ana es patrona de las parturientas (patronazgo compartido con San Ramón Nonato, de quien se conserva en la iglesia parroquial de Malpartida de Cáceres una pequeña imagen), de los abuelos y la tercera edad, de las mujeres que desean tener hijos, de las amas de casa (de ahí que la Asociación de amas de casa de Malpartida de Cáceres le ofrezca una misa en su fiesta anual), de las costureras (que le piden no pincharse con la aguja), e incluso de las personas que hacen puntillas (quizá por eso hay en Malpartida tantas mujeres mayores que conocen esta labor), pues dice la voz popular que ella enseñó con sus manos este oficio a su hija, la Virgen.
Y también Santa Ana es patrona de los futbolistas malpartideños, pues en las inmediaciones de su ermita se construyó, en la década de los 70 del siglo XX, el campo de fútbol, que recibió el nombre de la Santa; desde entonces, el club la puso bajo su advocación y fueron muchas las temporadas que se iniciaron con la presentación del equipo el día de la festividad de la Santa. José Antonio Ramos / Óscar de San Macario
Fuente: https://www.grada.es/web/ermita-santa-ana-malpartida-caceres-grada-127-historia/