POR JOSÉ LUIS DE TOMÁS, CRONISTA OFICIAL DE MANISES (VALENCIA)
Este inmenso actor, hombre cabal, de bondad irrepetible, ya nos dejó. Pero su recuerdo permanece en la memoria de Manises. Como decía Alejandro Casona, uno de sus autores preferidos, “los árboles mueren de pie”. De raza le venía al galgo, ya que su padre fue actor profesional. Pero D. Ernesto Chenoll era hombre entregado en cuerpo y alma a la escena. ¡Y jamás cobró un céntimo! Él se encargaba de acercarse a a Valencia para encontrar el vestuario adecuado para las representaciones, así como pelucas, disfraces o decorados. Su mujer y biógrafa, Dª. Amparo Orts Viñes colaboraba siempre con él, vistiendo y peinando a las mujeres.
Este insigne manisero, por el azar del destino, nació en Torres del Conte (Teruel), el 24 de julio de 1917. Sus padres eran D. Román Chenoll Díez y Dª. Ana Hernández Martínez (de Manises y Valencia, respectivamente). Su padre era profesor de música y su madre tiple cómica. De Torres del Conte se desplazaron a Valencia, donde nació otra hermana. En total fueron seis hermanos de padre y madre y dos sólo de padre. En casa, su padre le enseñó solfeo.
Cuando se declaró la guerra española del 36, D. Ernesto Chenoll tenía 19 años. Su hermano Enrique fue al frente por su quinta y Ernesto lo hizo como voluntario, ya que de esa forma su familia tendría el pan gratis a diario. Conoció la guerra en primera fila en muchas campañas. Durante esa etapa se le concedieron las siguientes condecoraciones: “Medalla de la Campaña 2ª”, “Dos Cruces Rojas al Mérito Militar BN” y una “Cruz de Guerra Mixto”. Respecto a su carrera militar debemos dejar constancia de que el 29-09-1964 ascendió a Brigada.
D. Ernesto Chenoll siempre tuvo su mirada en Manises, donde estaba su novia, la guapísima Dª. Amparo Orts Viñes. Y la llevó al altar un 29 de julio de 1944. La boda tuvo lugar en la Capilla de la Comunión, ya que el Altar Mayor se hallaba en obras de restauración.
En 1952, el matrimonio se estableció de nuevo en Manises. Y en 1953, una orden ministerial permitía abandonar el Ejército a quienes lo desearan, manteniendo los derechos como en activo. Y el señor Chenoll se acogió a la Ley. Trabajó 5 años en la Farmacia Calatrava y posteriormente se abrió camino como viajante, sobre todo vendiendo cerámica manisera.
Pero, fundamentalmente, era un hombre de teatro. Su presencia en el escenario constituía garantía de éxito total. Su sentido del humor se notaba en la vida cotidiana y en la escena. A su lado era imposible permanecer serio. Quienes le tratamos, sabemos de su hombría de bien. De él dejó dicho su viuda, que fue un hombre irrepetible, su alegría natural era contagiosa y su buen carácter dejó huella en quienes le trataron.
En 1950, D. Ernesto Chenoll fundó en Manises el “Grup de Teatre la Afició”. En nuestra ciudad dirigió más de 50 obras de teatro y 10 zarzuelas. Por lo demás, era un actor completo. Su presencia en el escenario arrancaba constantes carcajadas. ¡Cuántas tardes de humor ha entregado este hombre a los maniseros!
En 1997, el grupo “Els Amics de Les Arts” de Manises, le nombró Artista del Año Un año después era la localidad de Quart de Poblet la que le ofrecía un homenaje. No vamos a relatar todas las pruebas de reconocimiento que recibió en vida. El día 28 de julio de 1999 fallecía en Manises. Un día después tenía lugar el funeral, justo cuando se cumplían los 55 años de su boda.
Coincidiendo con el décimo aniversario de la muerte de este eminente manisero, el Ayuntamiento de nuestra ciudad le rindió un merecido homenaje como director y como actor teatral, lasí como a su mujer, D. Amparo Peris. Se hizo coincidir el acto con la IV Mostra de Sainets, que se celebró en el Auditorio Germanías, en el que también fueron homenajeadas, las actrices, Dª. Mercedes Ríos Royo, Dª. Nieves Royo Fuentes y Dª. Pilar Correcher Ríos.
Quiero poner fin a este artículo con una anécdota de las que le gustaban a D. Ernesto Chenoll. Un padre reprochaba, airado, el proceder de su hijo.
-A tu edad ya no tienes edad para hacer el libertino. Es hora de pensar en tomar esposa.
-Eso digo yo –respondió el hijo-. Pero, ¿la esposa de quién?