POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)

Se inicia hoy un tiempo nuevo.

Un tiempo favorable. Comienza la Cuaresma. Cuarenta días y será Semana Santa. A la ceniza seguirán días azules, bajo un sol que evoca quebrantos de infancia. Así, en este tiempo, se freirá el pan y será bautizado con miel, naciendo a la vida las torrijas.

La plata recobrará el brillo de su misterio y comenzará la ruta de las emociones. Al final llegarán los ramos bendecidos y las calles sabrán a cera. Aunque todo es eternidad de lo fugaz, que deja el tiempo en los huesos, evaporándose hacia las alturas en las que habita la memoria.

Así se agotan los días y las horas, antes que comience todo. (Cristo de las Angustias del Real Monasterio de Santo Tomás en Ávila, obra atribuida a Gil de Siloé (¿Amberes o Urliones? Bélgica m. s XV, Burgos 1505), policromía de Diego de la Cruz. Ante él rezaba la santa de Ávila, Teresa de Jesús).

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