POR LEOCADIO REDONDO ESPINA, CRONISTA OFICIAL DE NAVA (ASTURIAS)
Como es bien sabido, la seronda es tiempo de recogida de la cosecha, y, por lo que vamos a contar, lo es también de gran actividad cultural por estos pagos. Comienzo la relación el jueves 21, por la tarde, en el Centro Sociocultural de Sorribes, con la ceremonia de la entrega de premios del XXVI Campeonato Oficial de Escanciadores de Asturias 2019, organizada por la Asociación de Escanciadores de Sidra, el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Sidra de Asturias y la Caja Rural, en la que Jeison Franco recibió la montera que le acredita como campeón, ocupando Wilkin Aquiles el segundo lugar, y Jonathan Trabanco el tercero.
Y el mismo día faltaba Carmen Montes Ordoñez, a los 91 años de edad, siendo este el único deceso a lamentar de la quincena. Carmina, natural de Ceceda, era hermana de José Antonio “Toño” y de Julio “El Xirugu”, ambos fallecidos, e hija de Asunción Ordoñez y de Leonardo Montes, recordado molineru del molín de Rivaya, cuyo edificio y entorno plasmó al óleo Manuel Fonseca, dejando su recuerdo para la posterioridad. Algún día escribiré de las pintoras y pintores de, o en relación con, Ceceda, de los que tengo noticia. Manuel Fonseca Llamedo (1910-1980) dejó constancia, con su paleta y sus pinceles, de muchos rincones de Ceceda, de los que algunos ya han desaparecido, y también pintó, por cierto, el puente de piedra del Raicéu, en la época anterior a su derrumbe, y cuando aún existía la casa de Ángel el de la Xica.
Luego, los días 22, 23 y 24 se desarrolló en Nava un Congreso de Fagot, en cuyo marco se celebraron varias actividades relacionadas con el mentado instrumento, sobre las que ya informó con detalle tanto la prensa como la televisión. El que suscribe acudió el domingo al mediodía, en la Casa de Cultura Municipal, a la función de clausura del mismo, que contó con la participación de varios jóvenes intérpretes del mencionado instrumento, corriendo la actuación final a cargo de los prestigiosos maestros Vincenzo Meneghin, Reynold Cárdenas y Vicent Mascarell, que pusieron brillante colofón al acontecimiento musical.
Por otra parte, el Círculo Amigos de Nava, dentro de su programa Caleyando per Nava, y con el título de “Ruta de los Escolinos”, efectuó el sábado 23 un paseo que tuvo su origen en la plaza de la villa, siguiendo por la zona deportiva, Buyeres, Fuensanta, La Ferrería, Piloñeta y La Cogolla, para regresar a Nava sobre las cuatro de la tarde, y hay que decir que la jornada lluviosa y desapacible no arredró a unas cuantas personas, que realizaron con entusiasmo el recorrido apuntado. Porque también tiene su encanto caminar bajo la lluvia por senderos, caminos y bosques, cuando el tardíu te ofrece, como en sordina, todo su variado colorido, que luce como si estuviera recién lavado.
Y el sábado 30, por la tarde, acudí a la presentación de la muestra que Klara Konkoly-Thege presentaba en el Museo de la Sidra, con el título de “Con tinta y pincel desde Bimenes”. Klara, nacida en Hungría y avecindada en Bimenes, explora, en esa ocasión, con creatividad amplia y libre, las posibilidades expresivas que proporciona la técnica de la tinta y el agua sobre el papel, en una muestra que supone un paso más en la consolidación de su trayectoria artística, entre la que se encuentran hallazgos y éxitos recientes. Por otro lado, uno todavía conserva vivo el recuerdo de aquella exposición, titulada “El Baile Interminable”, que Klara inauguraba, en la misma sala, un 28 de noviembre de 2014.
Constituía una parte importante de mi desayuno dominical con la prensa, y era la primera cosa que buscaba. Hasta el pasado día 11, que fue cuando Fernando Canellada dejó de escribirla. Me refiero, naturalmente, a su columna ”El cogollu” de los domingos en LNE. Lo primero, por supuesto, es respetar la decisión del que la escribía; lo segundo es hacer constar que, desde entonces, tengo la percepción de haber perdido algo. Guardo -creo- archivados todos los “cogollos”, y las razones que me movieron a hacerlo se explican por sí solas.
Y así damos carpetazo a un mes de noviembre que resultó áspero y lluvioso; un tiempo que algunos estarán de acuerdo en definir como “Dichoso mes que empieza con Todos los Santos y termina por San Andrés”, mientras que otros (neutrales aparte) preferirán decantarse por aquello de “Dichoso mes que empieza por Halloween y termina con el Black Friday”. Por si acaso, los adornos luminosos navideños están colgados en las calles de la villa desde sus primeros días.
Publicado en La Nueva España. Lunes, 9 de diciembre 2019, página 10