POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN)
En este periodo las directrices de la Inspección Provincial eran de un fervor católico y patriótico hasta en el más pequeño detalle, y de forma continuada en todo tipo de enseñanza. El aspecto religioso en SAFA era tratado con gran intensidad.
Aunque posteriormente esta Cofradía fue llevada directamente por SAFA y los antiguos alumnos, su nacimiento se debe al esfuerzo de todo el magisterio de la localidad.
Un número del periódico Jaén de 1949 titula “En Villanueva del Arzobispo salió por primera vez la procesión de la “Borriquilla”. 53 niños desfilaron vestidos a usanza hebrea.”
“Organizada por el señor Cura párroco, coadjutor D. Carmelo Iribar y Magisterio de Villanueva del Arzobispo, se celebró la procesión de las Palmas de tanta tradición en otras ciudades de España. A las seis de la tarde salió de la iglesia parroquial acompañada de la Banda Municipal, en la que tomaron parte todos los colegios de niños de esta ciudad. Cerraba la vistosa procesión un cuadro plástico compuesto por 53 niños y niñas vestidos a la usanza hebrea; los doce apóstoles; Samaritana; Lázaro y el paralítico que portaba sus muletas. En el centro, en su borriquilla, Jesús, representado por el niño Ignacio Román, estampa acogida con gran simpatía a su paso. Ha sido una nota simpática y espectacular esta procesión, que, por primera, vez recorrió las calles de Villanueva”.
En el año 56 ya se indicaba: “Este año y por primera vez ha salido la Procesión de Nuestro Padre Jesús entrando en Jerusalén, como filial de nuestras Escuelas, estando formada por 82 alumnos y antiguos alumnos, revestidos a la usanza hebrea, representando escenas evangélicas y portando gran cantidad de palmas y ramos de olivo que dieron gran vistosidad y merecieron el elogio y propuesta a un premio de la Junta de Cofradías”.
Quedó en la mente de los alumnos la circular que anualmente les entregaba el Director del Colegio, Don Pascual, para que las familias respondiesen a las preguntas de:
“¿Asistirá a la procesión revestido de hebreo?
¿Llevará palmito?”.
La Cofradía cursó un telegrama a S. E. El Jefe del Estado Generalísimo Franco: ”Reunida Cofradía infantil Entrada Jesús en Jerusalén, ofrece adhesión unánime a V.E., felicitándole natalicio primer nieto y acuerda unanimidad, ofrecer recién nacido Presidencia Honor dicha Cofradía. Respetuosamente. J. Avilés”.
En el Año Mariano, 1954, se organizaron actos escolares, mostrando en los cuadernos y diarios el homenaje a la Santísima Virgen.
La asistencia a misa era obligatoria los domingos. Era una misa especial, llamada “de los niños”. Los alumnos de cada escuela, acompañados de sus maestros, tenían sus espacios asignados para ocupar en la ceremonia. Generalmente se desplazaban en fila desde sus respectivas escuelas y “se pasaba lista”, acompañada de la regañina o castigo, al no asistente, al regresar el lunes a las clases. Era un privilegio ayudar en la misa junto, a Manolo Yeste, a los sacerdotes D. Lorenzo o especialmente a D. José María. El premio, al finalizar la Misa, eran los recortes de las “formas”, que entregaba Tomás “El Sacristán“ o un pequeño sorbo, de aquel vino dulce.
En las clases era obligatoria la memorización de la misa en latín, para los tres grados mayores y en castellano para los más pequeños.
El grupo escolar se consagra al Inmaculado Corazón de María y en el mes de diciembre, de 1955, el día 8 fue el momento de resaltar a la Inmaculada. La imagen donada por D. Antonio Sotomayor fue traslada procesionalmente al Grupo, para su colocación en una hornacina, que se había preparado en una de las columnas de entrada del patio. La Virgen fue recibida con un discurso de bienvenida por el alumno Juan Cano y colocada en la hornacina donde recibió el homenaje del alumnado con los versos recitados por Andrés Quesada y Tomás Navarrete.
En los días previos a la Semana Santa, se realizaron los ejercicios espirituales. Durante tres días, unos 75 alumnos, reciben las charlas del Padre Castro, o de otro jesuita, que motivaba al arrepentimiento de las culpas o pecados, finalizando con una Confesión y Comunión General.
Constituía gran sacrificio el silencio que debía guardarse durante los tres días de charlas, misas y oraciones.
La llegada de las Misiones incidían en la marcha normal de la escuela, ya que había actos especiales para niños. En el año 1955, llegado el mes de mayo los Misioneros pidieron a las escuelas la representación en la Plaza del Generalísimo, de los Sacramentos. Logrando una perfecta escenificación, con una buena adaptación de ropas y útiles de los niños participantes, en cada uno de ellos.
Las reliquias de San Ignacio
La Inspección Provincial de Enseñanza Primaria a través, de su Inspector Jefe D. Isidoro Vilaplana, invitó al profesorado para la recepción de las reliquias de San Ignacio de Loyola, que llegaron a Villanueva el 30 de enero de 1956. Se realizó en las escuelas una lección ocasional, presentando a este Santo como la encarnación del espíritu batallador incansable.
“Miles de personas, unas siete mil, aclamaron las reliquias, que fueron recibidas en el internado, expuestas en la capilla, dadas a besar a las autoridades y después llevadas en solemne procesión a la Parroquia, con las autoridades religiosas, civiles, banda de música y guardia civil. Dirigieron unas palabras al pueblo los padres Sánchez y Gallego. Toda la ciudad apareció engalanada como en los días grandes de fiesta”.
Con motivo de la Coronación Canónica de la Virgen de la Fuensanta en septiembre de 1956, se celebraron diversas charlas del Padre Puerto, Misas con Comunión General y asistencia de todos los alumnos al recibimiento del Sr. Obispo en la Plaza del Generalísimo.
El Domund. Las carrozas
Aquella hucha de casco, que representaba la cabeza de un negrito perseguía los sueños de todos los niños, ilusionados de ser misioneros para ir a conquistar África y lograr que todos los infieles se hiciesen cristianos. Una vez pasados los sueños, se introducían en la hucha unos céntimos que se habían ahorrado de la escasa “paga” recibida.
Para llamar la atención y despertar la sensibilidad y generosidad de los alumnos y familias, se realizaron, algunos años, unas vistosas carrozas, que representaban a los cinco continentes, se veían negros, chinos, indios… Estos son algunos textos de la prensa de aquella época:
“Se organizó una Cabalgata compuesta por una sección de motos, en la que participaron antiguos alumnos, portando pancartas alusivas, seguidos por la Banda Municipal de Música, dirigida por el Sr. Navarro y cuatro carrozas con motivos misionales y escenas indígenas, precedidos de un coche con altavoces que difundían consignas y explicaban su significado. Los niños recogieron bastantes donativos en su postulación de la cabalgata.
En el curso 1957-58, se conmemoró la festividad del Domund, con una cabalgata de seis carrozas.
En otros momentos los sábados los dedicaban los alumnos a postular con huchas, banderitas, y al día siguiente asistían a la celebración de una misa comunitaria.
Los Tarsicios
Surgen los Tarsicios en el año 1952. Con motivo del XXXV Congreso Eucarístico Internacional de Barcelona.
Los alumnos, una sección juvenil de la Adoración Nocturna, se reunían, en el Santuario de la Fuensanta y después en la pequeña iglesia de San José, en la calle Álamos, o en la capilla de la Sagrada Familia. Allí durante el periodo de una hora, se procedía a una oración, reflexión y en algunas ocasiones la Santa Misa.
Estas reuniones se celebraban una vez al mes.
El número de alumnos, pertenecientes a los tarsicios, se acercaba a los setenta. El tanto por ciento de asistencia a la convocatoria mensual oscilaba en un 97 a 98 %. Dirigía esta sección y era el responsable el maestro D. José Martínez Molina.
Una bandera se costeó en aquellos años por todos componentes de esta asociación religiosa. Los alumnos asistían a la procesión del Corpus, en perfecta formación de dos en dos, tras los abanderados y acompañando a la Adoración Nocturna. Se desplazaron a Castellar para participar en una Vigilia de Espigas.
Mensualmente, D. José, enviaba un oficio al Director con el número de alumnos participantes en las actividades religiosas. La actitud y comportamiento en estas vigilias se controlaban y las reiteradas faltas de asistencia, implicaban la expulsión.
En el inicio de su creación en la localidad, los aspirantes a tarsicios debían rellenar un impreso declarando ser católicos, apostólicos, romanos, cumplidores del precepto Pascual, y en caso de enfermedad grave solicitaban recibir los Sacramentos de Penitencia y el Viático, comprometiéndose a pagar una cuota mensual de 0´25 pesetas.
En el año 1960 bajó el número de alumnos “tarsicios” a 24.
Los Cruzados
En febrero de 1956, se reunieron los profesores con el padre Pérez, que expuso la necesidad de crear en el Grupo Escolar de Externos, la “Cruzada Escolar”, perteneciente al Apostolado de la Oración. Se estipuló como núcleo inicial, los niños menores, que pertenecían a los Tarsicios, y los mayores como Cruzados. El padre Pérez quedó encargado de entregar a D. Pascual el Reglamento y las normas para la puesta en marcha.
Se acordó formar la Cruzada Eucarística, nombrando responsable a D. Antonio Expósito. Se hizo el nombramiento de Cruzados el día 25 de marzo, celebrándose previamente un tríduo.
Los Certámenes Catequísticos
En este período surgieron los Certámenes Catequísticos, consistentes en una especie de torneo entre los diversos colegios de la localidad, sobre el conocimiento y memorización del Catecismo y de Historia Sagrada. Aquí se celebraba la fase local; el tribunal que examinaba a los alumnos estaba compuesto por el Párroco, un maestro o maestra y un seglar. Los seis alumnos clasificados pasaban a la fase arciprestal, que se celebraba en Villacarrillo , y los premiados en Villacarrillo, asistían en Jaén a la fase provincial. Deducimos que se agruparían a los alumnos en varias categorías según las edades.
Tras varios años de celebración desapareció este Certamen sin llegar a conocer las causas.
Las Primeras Comuniones
Un gran acontecimiento supone la celebración de las Primeras Comuniones. El desfile de los alumnos se realizaba desde el Colegio a la Iglesia, acompañados por el abanderado que abría el cortejo, la Banda de Música y autoridades locales y los numerosos familiares. La celebración eucarística resultaba emocionante por la intervención del sacerdote y la recitación de sencillos poemas por algunos de los alumnos que recibían a Jesús por primera vez.
El regreso al Colegio y el suculento desayuno de chocolate con algunas tortas y magdalenas, constituyen recuerdos inolvidables para aquella generación de niños y niñas. Se invitaba también a todos los alumnos del Colegio a una torta y chocolate.
El periódico “Jaén” narraba así la Primera Comunión de los niños de las Escuelas Profesionales, en el año 1949: “El Santo Sacrificio fue oficiado por el presbítero don Carmelo Iribar, pronunciando una emotiva homilía el párroco, don Lorenzo Charriel. Al final varios pequeños pronunciaron bellísimos versos a Jesús Sacramentado. Los niños y sus padres se dirigieron a los locales de las Escuelas, donde se les sirvió un espléndido desayuno por las señoras de los profesores.
Por la tarde se celebró una interesante velada musical a cargo de los alumnos, siendo felicitado el director artístico, señor Domingo, por el acierto en el engarce del programa. Tan simpático acto fue presidido por don Lorenzo Charriel, Reverendos PP. Jesuitas, señores Pérez y Manosalvas, concejal señor Herguedas Gallego, director médico del Centro Secundario, señor Reyes y don Emilio Muñoz, jefe de la Hermandad Local de Labradores y Ganaderos”.
Como el Colegio no tenía fondos para costear el desayuno, se pasaba una nota a los padres para que aportaran de forma voluntaria la cantidad que pudieran.
Tras la celebración se hacía un perfecto resumen de los ingresos y gastos. Cada año no faltaban los gastos de chocolate y leche, obsequiando a los padres y autoridades con un puro. Se pagaba a la Banda de Música, que cobraba entre doscientas a trescientas pesetas. Ya en 1963 el aumento de precio en la asistencia de la Banda de Música a 1700 pesetas motiva que algunos de los componentes cediesen su parte proporcional a cobrar a beneficio de las Escuelas.
El mes de mayo
Permanecen en la memoria las inolvidables tardes del mes de mayo, de cánticos con flores a María, y el rezo del Santo Rosario.
El Consejo de Inspección, con la aprobación y bendición del Excmo. y Rvdmo. Obispo de la Diócesis ha determinado que, en el presente, la celebración del “mes de las flores” responda a este mismo propósito, practicándose en cada escuela con la mayor solemnidad posible, instalando, de conformidad con los medios de que se disponga, un altar con algún cuadro o estampa de la PATRONA, de cuyo ornato cuidarán los propios niños.
Esta Inspección, altamente satisfecha de la labor del Magisterio en cursos pasados, espera de su celo y competencia el cumplimiento exacto de lo que antecede, para gloria de nuestra Señora y en beneficio de los escolares”.