POR ANTONIO LUIS GALIANO, CRONISTA OFICIAL DE ORIHUELA
A lo largo de los años, teniendo como armas la formación y la autoformación junto con el contacto con la naturaleza, han existido algunos movimientos que intentan y han intentado buscar en la juventud una educación integral del individuo. En referencia a estos últimos aspectos podríamos encontrar la metodología didáctica que derivaba de la ‘Escuela Manjoniana’, de la que en Orihuela tuvimos durante algunos años de las primeras décadas de pasado siglo un ejemplo en las Escuelas del Ave María ubicadas en el Patio de Lourdes del Colegio Santo Domingo y de las que fue alumno el poeta Miguel Hernández, teniendo como formador a Ignacio Gutiérrez Tienda. Sin embargo, cuando oímos hablar de educación integral, en aquellos aspectos nuestros ojos se posan en el escultismo, representado por los Exploradores que derivaron en el movimiento Scout.
Ahora que nuestros niños y jóvenes lo tienen todo, que ocupan su tiempo en juegos con nuevas tecnologías, o en la visión de programas cuajados de violencia; el inculcarles valores es cada día más difícil debido a la influencia del ambiente que los rodea de corrupción, agobios económicos familiares, oscuras perspectivas laborales cuando superen la barrera de los estudios al mundo laboral. El fijarnos en aquellas organizaciones que hoy nos costaría entender, nos resulta cuando menos lejanas en el tiempo. Movimientos que intentaban aglutinar a los niños y jóvenes sin distinción de clases, inculcándoles una disciplina en el comportamiento, a la vez que una manera de educarlos y de crear en ellos una forma de cubrirles su tiempo libre aproximándolos a la naturaleza.
Así, llegaríamos al escultismo, que fue fundado por el británico Robert Stephenson Smyth Baden-Powell, allá por 1908, que buscaba el desarrollo físico, espiritual y mental de los jóvenes para que llegaran a ser ciudadanos honorables. En España se inicia cuatro años después de la mano del capitán de Caballería Teodoro Iradier y Herrero y del escritor Arturo Cuyás. Este movimiento, como tal, se mantuvo hasta 1940, siendo a finales de los años cincuenta cuando las actividades escultistas derivaron en los ‘Scouts de España-Exploradores de España’.
En la Orihuela de 1916 se crea la agrupación local de los Exploradores de España que se acogía a las teorías escultistas. En aquel momento, existían en nuestra ciudad dos instituciones; una deportiva y otra de carácter social, que fueron las que de alguna manera propiciaron su nacimiento. Me refiero al Hispania Foot-Ball Club que estaba presidida por Ángel Castelló Nicola, y al Círculo Católico Obrero y Mutualidad de Nuestro Padre Jesús, que en aquellos momentos contaba entre sus cabezas visibles al presbítero José Andreu Rubio, catedrático del Seminario. En invierno de dicho año, esta última entidad había tenido la intención de crear una Tropa de Exploradores en Orihuela, pero fue a raíz de la visita el 23 de julio de aquel año de los Exploradores de la vecina Murcia cuando se materializó su constitución. Ese día a las seis de la mañana arribaron a nuestra ciudad los Exploradores murcianos, siendo recibidos por una Comisión del Excelentísimo Ayuntamiento, por el presidente de la Cámara de Comercio y por el presidente del Hispania Foot-Ball Club, acompañados por la banda municipal de música que interpretó el Himno de los Exploradores. Después de asistir a una misa en el Santuario de Nuestra Señora de Monserrate desfilaron hasta la Glorieta, en la que izaron la bandera e instalaron su campamento.
A la hora del almuerzo, muchas familias oriolanas recogieron a niños murcianos, invitándolos a comer en sus casas. Por otro lado, el jefe de la Tropa y los instructores fueron obsequiados con un banquete. Después de consumir todos los expedicionarios un café helado en el Casino Orcelitano, a las cinco de la tarde arriaron bandera, partiendo una hora después por ferrocarril hacia Murcia.
Como decía, esta visita fue el detonante para que se constituyese en Orihuela la Tropa de Exploradores, poniéndose a la cabeza José Rubio y Ángel Castelló, creándose una Comisión para dar los primeros pasos. En ese momento, se abrieron las listas para la recluta de aquellos jóvenes con una edad mínima de diez años, autorizados por sus padres. Las inscripciones se efectuaron en el Círculo Católico Obrero, y en pocos días el número de interesados alcanzó la cifra de 105, que fueron tallados en La Caridad y citados en la Plaza de San Sebastián para enseñarles algunos movimientos de la instrucción militar, y desfilar después las calles de Orihuela.
El 18 de agosto de 1916, en el Palacio del Marqués de Arneva, se creaba el Consejo Local de los Exploradores de España en Orihuela, presidido por dicho marqués, Adolfo Wandosell Calvache. El resto del Consejo estaba formado por los vicepresidentes Federico Linares, Santiago Laiz y Antonio Roca; Mariano Carrió, secretario; Manuel Penalva, tesorero; José Andreu Rubio, contador; Ángel Castelló Nicola, jefe de Tropa; y como vocales, José Mª Senén, Gerardo Valls, Ricardo Donate, Eusebio Escolano, Antonio Balaguer y Ángel Rodríguez. Se acordó confeccionar una bandera para la Tropa y abrir una lista de socios protectores y un cuadro de Damas protectoras. El 1 de septiembre se recibió un oficio del Consejo Nacional de Exploradores por el que se reconocía al Consejo Local, el cual el 11 de octubre era elevado a la categoría de provincial.
Desde la creación de la Tropa de Exploradores oriolana las actividades dirigidas a la formación integral de la juventud, dentro de su reglamento fueron sucediéndose. A ellas prestaremos atención en otro momento, pero, mientras tanto, rogaremos para que los jóvenes de ahora dejen descansar por unas horas toda la inflación tecnológica que los asfixia y oprime, impidiéndoles todo su desarrollo personal e integral.
Fuente: http://www.laverdad.es/