POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA)
Los artistas plásticos mejoran si se expresan bien oralmente; inclusive a pianistas y a escritores, es el colmo, les conviene explicar en roman paladino lo que contaron al piano o por escrito. Hablaba mucho Jorge Oteiza de su escultura vaciada y no vacía, y era él de esculturas vacías; en su ascesis se aproximaba a la página en blanco hasta que creó la obra perfecta: nada, y dejó de esculpir; me gustaba escucharlo filosofar acerca de su lenguaje de incomunicación y que quería estar solo; en cambio ayer fui al Bellas Artes a ver su escultura, “Desocupación de la esfera”, y no me gustó. Algo así me ocurrió en este Museo con el fotógrafo Joan Fontcuberta cuando hablaba sobre el control ejercido por el fotógrafo para imponer una dirección ética a las mentiras de su fotografía, es decir, cómo mentir bien la verdad; sin embargo su fotografía era decepcionante. Mola escuchar a estos artistas, pero su obra me la refanfinfla.
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