POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
La sesión constitutiva de la XIV legislatura derivó en un esperpento propio de un espectáculo circense y no de una democracia consolidada. Resulta indigno que los parlamentarios confundan las Cortes con un plató. Como ciudadano ¿qué puedo esperar de sus señorías a la hora de defender los intereses generales de la nación? Algunos piensan que lo de ayer fue mero folclore, tal vez provocativo y del que no hay que hacer caso. Pero no es así. El Congreso de los Diputados, como el Senado, forman parte, con la Monarquía, de las máximas instituciones del Estado. Ignorarlo es deslegitimar la democracia española, la que tanto nos costó llegar a ella, y en ello están empeñados algunos.