POR MANUEL GONZÁLEZ RAMÍREZ, CRONISTA DE ZACATECAS (MÉXICO)
Hoy las probé y me encantaron.
Se llaman Esponjas. Son una especie de bombones pero más suavecitos y esponjosos. Van cubiertos de chocolate.
Los venden en las sucursales de la afamada empresa mexicana Costanzo. Hay una frente a la catedral y la otra en la Plaza Comercial del Paseo García Salinas, a un costado del restaurante Mamá Dolores.
Esta empresa nació en la ciudad hermana de San Luis Potosí en 1930, gracias a la iniciativa de don José Costanzo Navazotti.
Las recetas de los primeros productos se siguen conservando y aplicando. Por eso siguen en el gusto de los consumidores.
PERO, hay una serie de datos importantes que al respecto nos comparte nuestro gran amigo don Alejandro Felix Cherit, a quien mucho le agradecemos la información que es parte de esta historia:
Estos ricas esponjas así como los chocolates y caramelos tienen la fórmula de la gran fábrica de dulces “La Esperanza” de la ciudad de #Zacatecas.
En los años treintas vino a Zacatecas el señor Costanzo con el señor don Pascual Felix Fernández, como aprendiz de maestro dulcero, inclusive varios de sus productos llevan el mismo nombre de los de “La Esperanza”, hasta los moldes son iguales.
Estas esponjas se fabrican a mano sobre moldes de almidón, se hacían de igual manera unas paletas con el mismo malvavisco y cubiertas de chocolates , se envolvían a mano, el papel de estaño que venía desde Italia.
Cuando pasaban los alumnos del Colegio Margil, llegaban y antes de ser envueltas se comían no una, sino hasta diez, nomás se veían los palitos de madera volar hacia a la calle y desde luego eran cortesía de la fábrica, muchos recuerdan este detalle.