POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA. CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)

Los comerciantes de frutas y hortalizas de Ulea que exportaban a los mercados centrales de España y del extranjero, apremiaron a las autoridades uleanas a que «se subieran al carro de los adelantos tecnológicos de la comunicación por cable».

El consistorio de Ulea «les puso buen oído» y, el Alcalde Antonio Tomás Sandoval, reunió a sus concejales en una sesión plenaria que se celebró el día 8 de noviembre del año 1903.

En dicha sesión, como único punto del día, se propuso la conveniencia de establecer en la localidad una estación telefónica con enlace a la telegráfica de los Baños de Archena, dado que el consorcio establecido, especialmente con el extranjero, produciría ingresos suficientes para sufragar su mantenimiento. Tras opiniones diversas, fue admitida y aprobada dicha propuesta y, al efecto, se acordó que una comisión compuesta por el señor Alcalde Antonio Tomás Sandoval y el señor Secretario Juan Susarte Requena, se personara en la capital murciana y dialogara con el Gobernador Civil y el Director General de Telégrafos, requiriendo los procedimientos a seguir para llevar a cabo tal Consorcio.

A la semana siguiente, concretamente el día 15 de noviembre, el Alcalde trasladó a la corporación, las gestiones efectuadas ante el Gobernador y el Director General de Telégrafos; tomando nota de las condiciones exigidas para la instalación de una estación telefónica.

A continuación, el Alcalde manifestó que, el Estado, no se oponía a ello, si bien consideraba que la adquisición de los aparatos necesarios tenían que hacerse por cuenta del Ayuntamiento de Ulea; tanto en la estación de salida como en la de entrada, así como el establecimientos de cables, hilos conductores y postes.

La corporación municipal consideró aceptable la gestión y acordó su instalación, eso sí, tan pronto como los recursos económicos de las arcas municipales lo permitieran; dada la gran importancia, social y económica, que para el progreso de Ulea, significa.