POR LEOCADIO REDONDO ESPINA, CRONISTA OFICIAL DE NAVA (ASTURIAS)
Dimos carpetazo a septiembre con música coral, pues el sábado 30 la agrupación naveta celebró el XXXIV ‘Día del Socio’, siendo la invitada, en esta ocasión, la Coral Polifónica Piloñesa, que brindó a los asistentes una brillante actuación. Y comenzamos octubre con jornadas de sol espléndido y elevadas temperaturas para la época en la que estamos. Según el comentario general, este es año de gran cosecha de manzana, cuya recogida ya dio comienzo en las pumaradas, pues, como dice Pepe el de Tresali (José María Díaz González), “por el Pilar, empezar a mayar”, y, en este tiempo de contrastes que tenemos, seguramente se dio el caso de que, mientras unos se afanaban recogiendo el fruto de los pumares, otros, aprovechando la bonanza, disfrutaran de la playa, con chapuzón incluído, según informaron, gráficamente, los medios.
Que el clima algo ha cambiado es evidente, pues los más viejos recordamos que, cuando llegaba el tiempo de les Feries (de Infiesto, de Bimenes y de Nava), solía hacer un frío que pelaba, y eso si, encima, no le daba por llover, que también ocurría más veces de las deseadas. Pero ahora lo cuentas y no te cree nadie.
En otro orden de cosas, con el inicio del mes comenzaron a faltar vecinos. Así, el día 1, fallecía a los 92 años, en su casa de La Sierra (Ceceda) María Manuela Fernández del Llano. Natural de Anayo (Piloña), era viuda de Ramón Redondo Cueto, de cuyo matrimonio fueron hijos; Clara, Juan Ramón, Jaime, María Belén e Inés. El 3 finaba en Oviedo, a los 81 años, Armando Aladro Garro. Casado con María del Carmen Estrada Cueto, de Lloréu (Priandi), el matrimonio tuvo como descendientes a; Juan Carlos, Isabel y Mónica. Armando, que vivió en Lloréu y residía en Nava desde hace tiempo, fue pintor, e intervino, también, en la política local, formando parte, como concejal, de la primera corporación naveta de la reciente democracia.
Era hijo de Olvido Garro y de Nicanor Aladro, y tuvo otros dos hermanos; Manés, que falleció hace bastantes años, y Jorge, que lo hizo tiempo después. Y el 4 era José Antonio Ordoñez Novalín, de Ardón (Tresali) es que nos dejaba, a los 78 años. Casado con María del Pilar Peruyero Quirós, el matrimonio tuvo cuatro hijos; José Antonio, María Esther, Miguel y Miriam. José Antonio, que primero fue minero en Mosquitera y después ebanista, tuvo abierto taller de carpintería, hace años, en la calle de La Barraca.
Después, el día 11 finaba en Llames de Baxu (Nava) Carmen Peruyero Peruyero. Tenía 86 años, y estaba casada con Valentin Cueto Espina, con el que tuvo dos hijos; Julián y Raúl. Y el 13 fallecía en Oviedo, también a los 86 años, Belarmina Medita Sánchez Canteli. Viuda de Severino Piedra, con el que tuvo dos hijos; Guadalupe y Valentín, Belarmina descansa en el cementerio parroquial de El Remediu.
Todos esperamos ver clarear esa primera luz que ilumina el mundo cada mañana, porque ello nos confirma que, otro día más, tenemos la suerte de estar vivos. Pero el lunes 16 no amaneció según es habitual, y en vez de esa luz primera nos encontramos con una oscuridad sorprendente e inesperada, un cielo bajo, apocalíptico, del color del bronce, y un aire con sabor y olor a humo. La sensación de amenaza, el color, el sabor y el olor de la catástrofe.
Fuente: Diario LA NUEVA ESPAÑA. Oviedo, martes 31 de octubre de 2017