POR LEOCADIO REDONDO ESPINA, CRONISTA OFICIAL DE NAVA (PRINCIPADO DE ASTURIAS)
Si abril tiene, por tradición, fama de revoltosu, mayo, este año, no se quedó atrás, pues hubo días para todos los gustos; soleados y oscuros, cálidos y frescos y secos y húmedos. Y ya la primera fecha debimos anotar el fallecimiento de Arsenio Ardisana Noriega. Vecino de Ceceda, Arsenio, que contaba 89 años, era viudo de Adela Acebal Montes, con la que tuvo a José Ramón, Josefina y José Arsenio. Luego, el jueves 5, la Escuela Municipal de Música festejó su vigésimo quinto aniversario.
La tercera semana se iniciaba, el 9, con la falta de Fernando Saúl Terente Maujo, a los 62 años. Estaba casado con Petri Sánchez Rodríguez, y tenían un hijo, Fernando. Luego, el sábado 14 la polifónica naveta actuó, junto con la agrupación coral del concejo de Llanes, en el concierto celebrado en la iglesia de Celorio. También estaba anunciada la Coral “Brisas Norteñas”, de Comillas, que no pudo asistir, por lo que navetos y llaniscos debieron ampliar el repertorio. Y hubo música también el domingo 15, pues la Asociación de Intérpretes de la Canción Asturiana (AICA), celebró en la villa una muestra de tonada, monólogos, gaita y tambor, etcétera.
Después, el miércoles 18 finaba María Consolación Corte Peláez. Viuda de Manuel Pandiella Antuña, y con dos hijos, María Dolores y Manuel Ángel, María Consolación era naveta, y hermana de Cipriano, Jesús y Pepe, todos ya fallecidos. Tomó luego la semana color literario, con el salón de actos de la Casa de Cultura como marco, y así, en la tarde del mismo miércoles, y tras el éxito conseguido con su primera obra (“El laberinto de la libélula”, 2017), el autor naveto Luis Jorge Pruneda presentaba su segunda novela, titulada “La noche de las luciérnagas”. Mientras que el viernes 20 el autor Manuel Galán Álvarez, nacido en Madrid y avecindado en Nava, confirmaba su dedicación a la escritura dando a conocer su quinta novela, que lleva por título “Álbumes de familia”. Cerrando la semana el Concurso Subasta Nacional de la raza bovina Parda de Montaña, que se desarrolló los días 20, 21 y 22. Igualmente, el sábado 21 y domingo 22 tuvo lugar un Mercado tradicional de artesanía, alimentación, etcétera.
Luego, el 25 faltaba Hortensia Redondo Suárez, con 94 años. Viuda de Narciso Bejarano Antúnez, y con un hijo, Narciso, Hortensia descansa en el cementerio de Cuenya. Seguidamente, el viernes 27 por la mañana se presentaba en Oviedo la Vuelta Ciclista a España 2022, cuya novena etapa finalizará en Les Praeres el 28 de agosto y, por la tarde, el Grupo de Teatro “La Puente Arriba” representaba la obra “Asilu por compasión”, de José Ramón Oliva, en el salón de actos de la Casa de Cultura. Después, el sábado 28 se celebró la “Marcha pola Igualdá”, con inicio en Bimenes y final en Nava, y el domingo 29, a las doce, las niñas y los niños de Nava recibieron su Primera Comunión. Y, por último, el lunes 30 finaba en Oviedo Maximina Corte Sánchez, a los 97 años. Maximina era viuda de Vicente González Redondo, de La Retuerta, con el que tuvo a Sara y a Rosaura.
Termino recordando aquellos atardeceres del mes de las flores, cuando en el frondoso arbolón que había próximo a la puerta de entrada a la iglesia, abundaben les llangostes, y algún ejemplar de ellas se colaba, con ayuda, en el templo, para iniciar, desde la tribuna, sus torpes y pesados vuelos, que llegaban a término cuando el cuerpo volador entraba en colisión con la llama de una vela, o similar, ante el regocijo del personal “introductor”, el cual, con aire de total inocencia, presenciaba las evoluciones mientras entonaba a pleno pulmón, acompañado del armonio, aquel hermoso y vibrante himno que decía; ¡ Bendita la Reina / de nuestra montaña…!
Y, como Arturo, también los rapazos de El Tropel, Ali, La Vega de Cecea, etcétera, salíamos a aprender ñeros. A aprender, no a buscar, ni a encontrar.
Por último, alegra el espíritu ver a la gente moverse por la calle más ligera de ropa y disfrutando del buen tiempo, cuando ello resulta posible, y constatar que, pese a las dificultades, que no nos abandonan, ha vuelto la sonrisa a la faz de las personas. Y pienso que lo necesitamos.
Fuente: L. R. Espina