POR LEOCADIO REDONDO ESPINA, CRONISTA OFICIAL DE NAVA (ASTURIAS).
Si, por poner un ejemplo, el mes de julio fue decepcionante en cuanto al asunto climatológico se refiere, el de octubre ha superado las expectativas más optimistas, con la mayor parte de los días claros y soleados, y una temperatura lo suficientemente veraniega como para poder ir a la playa y permitir bañarse en el mar.
El mes se cerró con el fallecimiento en Oviedo, el día 27, de la Hermana María Jesús Menéndez Llerandi, de la Compañía de Santa Teresa de Jesús. Como es bien sabido, María Jesús era natural de Nava, e hija de Aurora Llerandi y de Rogelio Menéndez.
Y con la celebración, los días 28 y 29, de las tradicionales Ferias de Otoño, siendo distinguidos en esta edición, como Paisanos del Año, el matrimonio formado por Mercedes Quirós Santiago y Pío Salomón Barrios Nozaleda (Cuqui para los amigos), labradores que fueron, y vecinos que son, de Purnea (Cuenya). Y ambos, por cierto, y Mercedes especialmente, de familias con antecedentes ferroviarios.
El domingo 28 de octubre se cambió la hora, para conseguir tardes más cortas, entrando en noviembre con la tradicional visita a los camposantos parroquiales. Y pronto comenzaron a faltar vecinos, pues el 2 finaba en Oviedo Cándido Vega Montes, “Caino”. Cándido, que tenía 74 años, estaba casado con María Luisa Llavona Fernández y tenía dos hijos; Alicia y David.
Y el mismo 7 de octubre fallecía, en su domicilio de Los Campos (Ceceda), María Celia Pérez Criado. Nacida en La Cueva (Ceceda), Celina, que contaba 67 años, estaba casada con Julio Vigón Rodríguez, de La Cuesta (Ceceda), con el que tuvo dos hijas; Marta e Isabel.
Por cierto, Celina era vecina de la que hoy es mi mujer, Ofelia, por lo que Julio, el ahora viudo, y yo, que cortejábamos por la misma época, hacíamos juntos el trayecto de retorno a casa, con una ruta que, desde Corral Nuevu, bajaba atravesando los prados de Co la Fuente y Llamargón, hasta el puente de El Escobal, sobre el Prá.
Desde allí, subiendo por camín empináu, se llegaba a la llanada en la que se asienta el caserío de Grandiella, para volver a bajar, por el camín fondu de El Caneyón y el castañeu de Los Pozos, hasta alcanzar la carretera general. La caminata, de noche y con mal tiempo, no era fácil, pues tenía lugar a finales de los sesenta del pasado siglo, cuando no había ni las carreteras ni la iluminación que hoy tienen prácticamente todos los pueblos.
Por otra parte, Celina era hija de Aurora Criado y de Enrique Pérez, y hermana de Olga y de Inmaculada. Los padres de Aurora, que fueron Carmen, de Pandu (Nava), y Manuel, de Oméu (Nava), vivieron en El Fondón (Nava), y tuvieron, además de la citada Aurora, la siguiente descendencia; Maruja (+), Rosaura (+), Honorina, Celia (+), Berta, Anita, Angelita, Olvido, Olga, Eloy y Eva. En total, once mujeres y un varón. En cuanto al padre de Celina, Enrique Pérez, es, como se sabe, hijo de Casimira y de Hermenegildo, y tiene una única hermana, llamada Celia.
Dos notas finales; el sábado 4 de octubre la Buena Cofradía de los Siceratores de Asturias celebró con brillantez, en el Museo de la Sidra, su IV Capítulo, y el viernes 10, en la sala Marta Portal de la Casa de la Cultura, el escritor José Manuel Fernández Argüelles, afincado en Nava, presentó su último libro, titulado “Soledad absoluta”.
Fuente: La Nueva España de hoy, página 13 del jueves 23 de noviembre de 2017,