POR  LEOCADIO REDONDO ESPINA, CRONISTA OFICIAL DE NAVA (ASTURIAS)

Efectivamente, todo salió de la mejor manera posible el pasado sábado, Día de Asturias, en lo concerniente al final de la etapa 14 de la Vuelta Ciclista a España, cuya línea de llegada estaba situada sobre la arena de la campera de Les Praeres. Jornada excelente pues, en la que se juntó un buen día con una muy numerosa afluencia de gentes que abarrotaron las dos márgenes del trayecto de subida, recorrido por cierto muy duro que los ciclistas superaron con verdadero esfuerzo, ya reseñado en detalle por los especialistas del pedal.

Día memorable, en definitiva, que quedará para siempre en el recuerdo tanto de los navetos como de los que, desde otros puntos de la provincia, y de España, pudieron disfrutar del mejor ciclismo presenciando en directo la parte final de la etapa.

Y, como colofón, quisiera destacar especialmente que, al término de la etapa, los equipos de limpieza, que efectuaron el recorrido desde la meta hasta Prá, pudieron comprobar que toda la basura y desperdicios que se había generado estaba recogida en los lugares señalados, lo que significa que la totalidad de los aficionados, que se contaban por miles, tuvieron un comportamiento cívico ejemplar.

Y, si hablamos de naturaleza, y de su cuidado y conservación, no quiero dejar sin citar el estupendo trabajo –con ilustraciones- que, sobre aquella zona, realizó L. M. Arce, y publicó este periódico el domingo 9.

Pero, como es natural, antes y después pasaron cosas. Y la primera que reseñamos es la que tiene que ver con la falta de vecinos, que comienza con el inicio del mes, pues el mismo sábado, día 1, fallecía en su domicilio de La Cabaña-Vega de Poja (Siero), Conchita Mayor Méndez. Conchita, que tenía 73 años, estaba casada con Feliciano Rodríguez Rodríguez, con el que tuvo una hija, Paula, y había nacido en La Cabaña (Tresali), siendo sus padres Araceli y Marino y sus hermanos; Marino (+), Pepe (+), Sor Ángeles, Mari Luz, Clarita y Luis Ángel (+).

Y el domingo 2 nos dejaba, en su casa de Tresali, María Amparo González Carbajal, a los 94 años. María Amparo era viuda de Mario Vigil Mayor, con el que tuvo tres hijos; Celestino, José Mario y Juan Eloy (+). Natural de Tresali, fueron sus padres Felisa Carbajal, de Tresali, y Ceferino González Viado, de Piloñeta, y tuvo dos hermanos, ya fallecidos; Adosinda y Sergio. En cuanto a Mario, su marido, era nacido en La Cabaña (Tresali) e hijo de Emilia Mayor y de Francisco Vigil, y fueron hermanos suyos Vicente y Alicia, igualmente fallecidos.

Luego, en un mismo día, el domingo 9, fallecían Hortensia y Miguel Ángel, navetos ambos de nacimiento. Hortensia Díaz Fernández, natural de Sierra (El Remediu), lo hacía en Noreña, donde residía, a los 86 años. Hortensia era viuda de Ángel Díaz Fraga, “Cholo”, con el que había tenido los siguientes hijos; Almudena, Vicente, Antonio y Félix.

Mientras Miguel Ángel Menéndez Llerandi, “Piti”, lo hacía en Oviedo, a los 83 años. Piti (que, como es sabido, estaba casado con la naveta Marisa García Ovín, con la que tuvo dos hijos; Miguel Ángel y Alejandro), era hijo, a su vez, de Aurora Llerandi y de Rogelio Menéndez, y tuvo como hermanos a Senén (+), Ina (+), Maria Jesús (+), Melquiades (+), Maria Dolores y Luis Jorge (+).

Y, dado que su figura ya ha sido glosada en estas páginas, termino la referencia a su persona- sobre la que habrá que volver-, reproduciendo lo que él mismo escribió al final de un artículo sobre les fiestas de San Xuan, en Nava, editáu en 2006. Que era lo que sigue;

“Non quiero acabar esti non mui fondu comentariu ensin dexar bien afitáu ´l mío más sinceru agradecimientu a toles persones que nos echaron un gabitu y, n´especial pol so cariñosu actu, a Consuelo la del bar El Puente, qu´acabo d´enterame de la so muerte, a Adolfo Barrios, bon collaborador, ya fináu tamién y a los míos dos collacios y cofundadores de los festexos, Julio Rodríguez Menéndez (Julión) y Rafael Guerrero Gómez (Tito).

La mio más merecida, fondera y emocionada alcordanza, tando convencíu dafechu de que San Xuan yos concedió un descansu enteru (sic) y fai que brille per ellos la lluz eterna”. La misma que deseo que brille sobre ti, amigo Piti.

Y, para finalizar, voy con un resumen de las otras cosas que pasaron en la quincena, en la que, todo hay que decirlo, predominó el buen tiempo.

En el capítulo festivo consignamos que, con el inicio del mes, se celebraron las fiestas del Carmen, en Paraes, y, si hablamos de deporte, del pedal en este caso, podemos decir que el sábado 15 se celebró la I Cronoescalada Piloñeta-Les Praeres, y que el domingo 16 se desarrollaba, con gran participación, la XXIV edición de la Clásica Cicloturista “Los Puertos Esmeralda”, pruebas, ambas, organizadas por el Club Ciclista Nava 2000.

Por último, en el concierto celebrado el sábado 15 en Candás, en el marco de sus fiestas del Santísimo Cristo (en el que, con la coral naveta, actuaron también la Coral Polifónica de Liérganes y la Coral “Aires de Candás”), los de Nava, que salieron al escenario del Teatro Prendes en segundo lugar, para interpretar seis piezas de su repertorio, recibieron el aplauso del numeroso público asistente.

Publicado en la página l2 del diario La Nueva España del martes, día 25 de septiembre de 2018.