Responsable del Archivo Municipal desde los años 80, su nombramiento como cronista oficial de Plasencia fue aprobado por unanimidad en el pleno del pasado 1 de julio.

-¿Cómo se siente ante este nombramiento?

-Bueno, por un lado es un honor muy grande que la Corporación haya aceptado esa propuesta. Me siento muy honrada, pero al mismo tiempo es una gran responsabilidad porque parece que creas más expectativas.

-¿Considera que su trabajo en el Archivo le ayuda a cumplir con esta nueva misión?

– Sí, claro que sí. Yo estaba trabajando en el archivo y tenía la responsabilidad de hacerlo lo mejor posible, pero ahora tengo ese plus de tener que estar más ojo avizor para ir reconstruyendo la historia. Sin embargo, la historia no se puede completar sólo con archivos, con otros documentos, bibliografía…, tienes que consultar también otras disciplinas que apoyan a la historia como es la arqueología. Todas las excavaciones que hicieron en el convento de San Vicente, el actual Parador, han venido a esclarecer más la historia. Hay lagunas documentales que a través de la arqueología se pueden ir documentando. Es apasionante ir reconstruyendo el puzzle del pasado y que los ciudadanos de a pie puedan tener acceso.

-¿Cuál es el documento más antiguo que hay en el Archivo Municipal de Plasencia?

– Pues se trata de un documento del año 1255. Es un privilegio que otorgó Alfonso X ‘El Sabio’ a los caballeros. Todos los hombres que fueran a caballo y llevaran escudo y espada quedaban exentos de pagar el tributo por pasar por la zona. Gracias a este documento sabemos que en esa época ya se produjo una diferenciación de clases. Los campesinos que podían pagar su escudo se convirtieron en oligarcas de la zona, mientras que los demás continuaron dedicándose a la labranza.

-¿Qué labor tiene para usted un cronista?

– Pienso que el cronista de un lugar tiene que hacer accesible a los ciudadanos de la localidad la historia, y que se sientan partícipes y protagonistas. Pueden visitar el archivo de divulgaciones o de conferencias. La Universidad Popular, aquí en Plasencia, realiza una gran labor de difusión. Hay que acercar la historia al ciudadano normal, que no es un especialista, que no está estudiando la carrera de historia, de arqueología o de arte, pero que está ávido de conocimientos sobre su ciudad.

-¿Cualquier ciudadano se puede acercar a consultar sus dudas?

– Sí, claro, cualquier persona que esté interesada en realizar una investigación relacionada con la historia puede ir al archivo y realizar su consulta. No solamente eso, se acercan a veces para saber cosas de antepasados suyos o alguna curiosidad que sientan. Si mi compañero o yo se lo podemos facilitar pues lo hacemos de mil amores, porque la historia no es sólo cosa de eruditos e historiadores.

-¿De dónde procese su pasión por la historia?

– Aunque mi padre era abogado, siempre le gustó mucho la historia y el me lo inculcó. Cuando eres pequeño te atraen lo que se llamaban los santos, ver allí las pinturas. Luego empiezas a leer y a profundizar y esa curiosidad ya no la pierdes. A medida que avanzas, descomponiendo los archivos de una figura o de algún momento histórico y descubres lo que ocurrió en alguna laguna que tenías y eres capaz de recomponerlo todo, entonces te llenas de satisfacción. La curiosidad es el requisito clave para dedicarse a la historia y disfrutar descubriendo.

Fuente: http://www.hoy.es/ – Iris Donoso