POR FRANCISCO JOSÉ ROZADA MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE PARRES-ARRIONDAS (ASTURIAS).
-(Homenaje en el Parador Nacional de San Pedro de Villanueva)—
Nació Dulce en Fíos (Parres) y fue una mujer siempre atenta a la cultura -contemplada desde todas sus facetas- y especialmente volcada en los ´Encuentros Culturales´ que con tanto interés coordinó a lo largo de ocho años en el antiguo Monasterio de San Pedro de Villanueva.
Por la actual biblioteca del citado monasterio (hoy Parador Nacional de Cangas de Onís) pasaron muchísimos ponentes, se estudiaron y analizaron multitud de temas de todo tipo, casi siempre relacionados con la Historia de Asturias y -más concretamente- con la Historia de estas tierras del Oriente del Principado.
Nada se le quedó atrás en sus programas culturales: desde el Paleolítico hasta la Romanización, desde Pelayo a Jovellanos, desde Guadalete a Covadonga, desde Favila a Frassinelli; sin olvidarse de otros muchos temas relacionados con el medio ambiente, paisajes, fotografía, arqueología, visitas guiadas, ecologismo y tantos otros.
Academias, monasterios e iglesias, política, Bellas Artes…nada le era ajeno y se involucró en traer al antiguo Monasterio de San Pedro a multitud de eruditos en todas las materias.
Entre los venerables y centenarios muros que ahora cumplen 1.275 años (746-2021) desde que supuestamente don Alfonso I el Católico y su esposa Ermesinda (hija de Pelayo) fundasen el monasterio (aunque los documentos que se conservan y los restos arqueológicos del mismo no son anteriores al siglo XII), quedará la memoria de esta estimada parraguesa que -con 67 años- nos dejaba el día 18 de febrero del pasado año.
Una placa dejará desde hoy recuerdo de ella en el último paño del claustro superior que se concluyó en el año 1694 (veinte años después de haberse iniciado el primero) cuando los cinco monjes que lo habitaban abonaron cerca de 10.000 reales por los gastos que supusieron los cuatro paños del claustro y parte de la nueva torre.
—— Actos del homenaje póstumo a Dulce María Prida Vega —-
El programa de esta tarde otoñal se desarrolló de la siguiente forma:
-Presentación del acto a cargo de Ángel Luege.
-Martín Martínez, al violín, y Fernando Álvarez, al armonio, interpretaron el conocido “A mi manera”.
-José María Aladro, a la guitarra, interpretó el siempre combativo “A galopar”, de Rafael Alberti.
-Nuria González -esposa del director del Parador Ignacio Bosh- se adentró en el fado portugués de título “Locura”, con una actuación muy sentida.
-Dorothy Guillet -soprano, directora de coro y compositora- cantó el “Ave María”, de Franz Shubert.
-Pilar Baresford recitó el poema “La tristeza del Inca”, de José Santos Chocano.
-La Escolanía del Real Sitio de Covadonga (dirigida por el parragués Jorge de la Vega Laria) cerró el acto con cuatro interpretaciones:
“Agua de la fuente clara”, “Beata est Virgo María”, una breve pieza de Marc Antoine de Charpentier y un sonoro y exultante “Jubilate Deo Omnis Terra”.
Todos los asistentes interpretamos al final el Himno de Covadonga, que -como es sabido- fue compuesto hace 103 años para la coronación canónica de la imagen de la Santina.
La placa dedicatoria a Dulce María Prida Vega -que posteriormente se colocará en la biblioteca de la abadía- fue descubierta por el marido de Dulce, Gregorio González Salgado y por el director del Parador Nacional, Ignacio Bosch.
Fue este último quien comentó -entre otras cosas- cómo le había prometido a Dulce en su lecho de muerte que la sencilla biblioteca del Parador recibiría su nombre como señal de reconocimiento y gratitud, cumpliéndose hoy la promesa con el acto arriba descrito.
Ignacio Bosch -muy diligente director del Parador Nacional de San Pedro de Villanueva, organizador del homenaje y siempre atento al mundo de la cultura- ha anunciado la reanudación de los «Encuentros» a partir de enero de 2022, en colaboración estrecha con la Universidad de Oviedo.
Sólo la muerte acaba con los seres que se aman, pero nunca con el recuerdo de cuanto fueron.
Un día la ausencia se ampara en aquello que fue vida y parte de nosotros mismos, quedando obligados a caminar con la evocación y la añoranza de quienes nos precedieron.
FUENTE: https://www.facebook.com/franciscojose.rozadamartinez