POR JOSÉ ANTONIO FIFDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Un servidor -ustedes ya lo habrán comprobado- suele tomar con cierto sentido del humor los disparates, que no errores, cometidos por gente que demuestra «afán de no saber», como nos decía en sus clases el canónigo don Cesáreo Rodríguez García-Loredo.
Sobre «fabes» y «fabada» se han escrito cosas curiosísimas.
Néstor Luján, pongamos por caso, escribe que el nombre de fabada viene de FAVE, que es como los asturianos denominamos a las alubias.
Otro autor, aclara la palabra, diciendo que es FABE; y no falta quien nos asegura que las alubias para fabada son «rara avis» en Asturias por su escasez, encontrándose las mejores en Luanco durante el mes de mayo.
Más aún, mi sorpresa mayúscula -si es que algo puede sorprenderme a mi edad- es haber leído en un periódico regional, con motivo de la Feria de Muestras en Gijón, que en el stand de Oviedo se ofrecía una «experiencia INMERSIVA con fabes, sidra y arroz con leche».
¡Qué palabro, Dios mío, qué palabro!
Hace años, cuando yo era «joven y guapo», fue costumbre llevar en los coches unos cojines bien visibles en el cristal trasero, aunque nadie sabía cuál era su destino. También se «presumía» de colocar «pegatinas» con algún lema singular y pretendidamente gracioso. Algunos, la verdad sea dicha, eran horribles por no decir chabacanos y groseros.
Uno de ellos, ni grosero ni chabacano pero sí de una clara estupidez (es decir, sin maldad pero con falta de conocimiento) era aquel que pregonaba aquello de que CON FABES Y SIDRINA NON FAI FALTA GASOLINA.
¡Ya estamos con los palabros! ¡La SIDRINA, Dios mío, la SIDRINA!
Y menos mal que no escribieron, como hacen algunos indocumentados, lo de SIDRIÑA; que eso, además de pecado es delito de lesa asturianía.
Pero, hombre, ¿por qué no habrán leído los «versinos» de Kike Amado:
«Cuando vos llegue el momentu
de degustar la fabada,
non olvidéis que ha de ser
con bona sidra regada.
Además de saber bien,
-esto non tien discusión-
ayuda increiblemente
a facer la digestión.
Yo non quisiera por ná
el pecar d´exagerau:
¡hasta pa facer un cuadru
ye´l platu más indicau!
¡Pues sí, señores, sí! Siguiendo el consejo del poeta gijonés, buen amigo mío, fue otro gran amigo también, el pintor ANTONIO MENDÍBIL, quien ilustró con un óleo (bodegón de fabada y sidra) uno de mi libro sobre cocina asturiana.
¿Y qué fabes?
Otra vez nos da la respuesta Kike Amado:
«Bones fabes de la granja
y en Asturies cultivaes ;
si puede ser, de Carreño
que son lo mismu que almuhaes.»
Bueno, aquí como colungués, me veo obligado a modificar el tercer verso y decir: …SI PUEDEN SER DE LA RIERA…
De La Riera de Colunga, claro está.