APULEYO SOTO, CRONISTA OFICIAL DE BRAOJOS DE LA SIERRA Y LA ACEBEDA (MADRID), PUBLICA ‘PENSIÓN FLORA’ UNA OBRA TEATRAL DEDICADA A LA GENERACIÓN DEL 98
Es fabulación periodística, imaginativa, novelesca, comedia y a la vez drama, divertida y sabrosa, ucronía e histórica. Aunque quizá la mejor definición de ‘Pensión Flora’, la última obra de Apuleyo Soto, la realizó el filólogo y poeta Luis Alberto de Cuenca, cuando dijo que era «importante y preciosa», aunque «no por mis palabras sino por las que dicen los personajes, extraídas de sus libros», asegura el autor.
‘Pensión Flora’ es una obra teatral, escrita, eso sí, en «prosa poética», como asegura Soto, que no puede desligarse de la poesía. «Ser poeta es sublime, ojalá yo lo fuera, soy versificador, aunque versifico bellamente», bromea ese cronista del amor y de la vida, que tiene publicados más de veinticinco libros de poesía, novela, teatro, viajes y cuentos, además de miles de artículos, en su condición, añadida, de periodista. ‘Pensión Flora’ es, sobre todo, un homenaje a la Generación del 98. Soto sitúa la historia en el Madrid de finales del siglo XIX y en una pensión donde coinciden, nada menos, que Unamuno, Valle-Inclán, Pío Baroja, Antonio Machado y Azorín; llegados todos a Madrid desde diferentes puntos de España. El poeta segoviano los reúne como si se tratase de una ‘patrulla fantástica’ de escritores mayúsculos, que dialogan y viven juntos experiencias. «Quizá nunca se vieran juntos, aunque el número de cartas que se pasaron unos a otros es infinito, yo me he atrevido a fabular y les he juntado en una pensión», afirma Soto, que admite cómo antes de escribir la obra realizó un profundo estudio de las obras y lenguajes de los escritores, incluso desde un punto de vista psicológico, de manera que las palabras y actitudes que les atribuye tienen como base sus obras literarias y biografías.
En ‘Pensión Flora’, cenan y conversan y hasta salen de fiesta por los cafés literarios, como el Fornos o la Fontana de Oro. Soto imagina a un Valle-Inclán que recorre, junto a una cupletista, la Puerta del Sol y el Madrid de los Austrias hasta llegar al callejón de San Ginés, donde inventa el ‘esperpento’; o pone a pasear a Antonio Machado junto a Unamuno por la Residencia de Estudiantes; o cómo visitan la redacción del periódico ‘El Imparcial’. «He reflejado su lenguaje, pero también su psicología, porque entonces Unamuno era un huraño, Azorín era anarquista, aunque luego derivara en conservador, Machado era un lírico encantador…» explica el poeta, que explica cómo con su mujer, la actriz Ana Galisteo, representó parte de los diálogos de la obra en el Centro de Doctores y Licenciados de Madrid.
Además, también se ha representado parte en Silos, con motivo del Congreso de Escritores que reúne la editorial Sial Pigmalion, en ambos casos, con gran éxito. El libro se ha agotado en El Corte Inglés y en la Casa del Libro. Soto está convencido de que ‘Pensión Flora’ se estrenará en un gran teatro de Madrid, sin descartar tampoco que la obra se pueda llevar al escenario del Teatro Juan Bravo.
Fuente: http://www.eladelantado.com/ – Sergio Arribas