POR FRANCISCO JOSÉ ROZADA MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE PARRES-ARRIONDAS (ASTURIAS)
En esta primaveral mañana de mayo una tremenda noticia nos ha estremecido a todos, acaba de fallecer Miguel Ángel Aramburu -polifacético amigo, animador cultural y apreciadísimo parragués- a causa de una breve pero fulminante enfermedad que -en muy pocas semanas- se hizo cargo de su ´madura juventud´ (tenía 60 años) así como de los grandes proyectos de vida que siempre bullían en su mente.
Su amplísima cultura (no sólo en temas cinematográficos, sino sobre cualquiera de las Bellas Artes) y su ameno departir con todos se echará mucho en falta desde hoy.
En estas semanas tan duras y extrañas, no nos será posible despedirlo mañana como se hubiese merecido, un adiós que hubiese sido multitudinario por lo muy apreciado y querido que era.
Sólo la muerte acaba con los seres que se aman, pero nunca con el recuerdo de cuanto fueron.
Un día la ausencia se ampara en aquello que fue vida y parte de nosotros mismos, quedando obligados a caminar con la evocación y la añoranza de quienes nos precedieron.
Todo ello nos provoca un sentimiento que se puede resumir en la siguiente expresión:
¡Qué sensación de levedad tan grande y qué deseo de plenitud tan hondo!
Nuestro más sentido pésame para su muy querida familia ante esta tremenda pérdida para Arriondas.