POR ANTONIO BRAVO NIETO, CRONISTA OFICIAL DE MELILLA

Me acabo de enterar del fallecimiento del historiador Carlos Seco Serrano.

Carlos fue una persona que reflejaba como nadie las contradicciones del siglo XX en España.

Estuvo vinculado estrechamente a Melilla, donde vivió durante su niñez, una de las etapas más dolorosas de su vida. Su padre fue un militar e intelectual, el coronel (anteriormente interventor de Alhucemas) Edmundo Seco, ayudante del comandante general Romerales y que fue fusilado por el régimen franquista por sus ideas avanzadas.

Carlos Seco ha sido un personaje fundamental en la Real Academia de la Historia y de la historiografía española de la Restauración. Me siento muy afortunado por su amistad porque me permitió compartir entrañables momentos con él: en ellos me hablaba de su niñez en Melilla, de sus experiencias. Me impactó cuando me pidió que le acompañara al fuerte de María Cristina, y me describió emocionado el lugar desde donde fue a despedirse por última vez de su padre, entonces preso en el fuerte, y al que no vería nunca más. Sólo le permitieron darle su último adiós a 100 metros de distancia. Son recuerdos imborrables que me transmitió emocionado y que todavía conservo.

Carlos ha sido un historiador fundamental en la segunda mitad del siglo XX en España. De sólida ideología conservadora, aunque siempre librepensante, Carlos supo ver con clarividencia muchos de los problemas que ahora nos aquejan, el más curioso su visión del problema catalán (del que podría contar varias anécdotas casi premonitorias, una de ellas un enfrentamiento verbal que tuvo con José María Aznar), y su visión crítica y dolorosa del régimen anterior. Carlos siempre fue para mí un modelo de esfuerzo, de superación personal de lastres del pasado y de libertad a la hora de asumir su futuro. Descanse en paz este insigne académico, siempre vinculado a Melilla y brillante y entrañable persona. Esta foto corresponde a una visita de Carlos Seco a Melilla en 2010.