POR FRANCISCO JOSÉ ROZADA MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE PARRES-ARRIONDAS (ASTURIAS)
La relación de Federico García Lorca con Asturias se remonta a la época de la Residencia de Estudiantes, donde mantuvo una buena amistad con el musicólogo, compositor, concertista y organista de la catedral de Oviedo Eduardo Martínez Torner. Este último fue becado en 1916 por la Diputación de Asturias para cursar sus estudios en Madrid, allí se alojó en la citada Residencia y coincidió con Lorca y otros notables personajes de la época como Luis Buñuel, Salvador Dalí, Rafael Alberti, Jorge Guillén, Severo Ochoa, Unamuno y otros muchos que fueron la flor y nata de la intelectualidad del siglo XX español.
Lorca era muy aficionado a recoger todo tipo de datos etnográficos de las diferentes regiones españolas, especialmente cantos y poemas. Eduardo Martínez Torner (Oviedo 1888 – Londres 1955) recopiló el cancionero de Asturias e intercambió con Lorca información sobre el mismo.
Federico García Lorca estuvo en Cangas de Onís el 6 de septiembre de 1932 -junto con el grupo de jóvenes universitarios de “La Barraca”- pues iba recorriendo los pueblos y villas de España con sus obras de teatro. Trataba de dar a conocer estas obras a gentes sencillas que nunca habían asistido a ninguna; el animoso grupo estaba financiado por el Ministerio de Instrucción Pública de la Segunda República.
Lorca escribió: “El teatro es una escuela de llanto y de risa, un foro libre, donde los hombres pueden cuestionar las normas que están fuera de moda o equivocadas y explicar con ejemplos vivos normas eternas del corazón humano”.
En Cangas de Onís, al lado de la Escuela de Trabajo recién estrenada -donde hoy está el Instituto de Segunda Enseñanza «Rey Pelayo- se representaron tres sainetes u obras dramáticas jocosas en un solo acto.
Llegaron en una camioneta, levantaron el tablado e instalaron los decorados para representar “La Guarda Cuidadosa”, “Los Habladores” y “La Cueva de Salamanca”.
El aforo se completó con vecinos de Cangas y alrededores y -como recogió el semanario cangués “El Popular”- el grupo recibió muy sentidas ovaciones y parabienes.
Parece que Lorca y su grupo teatral eligieron Cangas por la amistad que unía al poeta con el arquitecto Emilio Antonio Capitel-Pérez -como recordaba su hijo Antón Capitel meses atrás-, puesto que ambos habían coincidido en la prestigiosa Residencia de Estudiantes en Madrid, junto con Dalí, Buñuel, Alberti, Unamuno y otros que fueron la flor y nata de la intelectualidad española del siglo XX. En esas mismas fechas Capitel era profesor de dibujo en la Escuela de Trabajo de la ciudad de Cangas de Onís.
El grupo teatral se hospedó en el desaparecido Hotel Santa Cruz y aprovechó ese mismo día para visitar Covadonga y Los Lagos.
Puede que fuesen en su camioneta o en el tranvía que, desde Arriondas, llegaba al santuario, y al que le quedaba menos de un año de funcionamiento. También al poeta, dramaturgo y prosista Federico le quedaba poco tiempo de vida, puesto que el 19 de agosto de 1936, con treinta y ocho años de edad, fue ejecutado y sus restos -junto con los de un maestro y dos banderilleros- permanecen en una fosa común en algún lugar del camino que va de Víznar a Alfacar, en Granada.
Ser intelectual, republicano y homosexual era demasiado “provocativo” para ciertos grupos, en aquella España terrible en la que la Guerra Civil acababa de estallar.
(Buena parte de este artículo la he publicado en el diario “El Comercio” el día 1.º de diciembre de 2013)
FUENTE: https://www.facebook.com/franciscojose.rozadamartinez