POR RICARDO GUERRA SANCHO, CRONISTA OFICIAL DE ARÉVALO (ÁVILA).
Aún resuenan en muchas mentes de arevalenses los ecos de un acontecimiento que fue todo un revulsivo en la cultura y el turismo de esta ciudad. Me estoy refiriendo a la exposición «Credo» que organizó la Fundación de las Edades del Hombre el año 2013.
Para mí, el final de este año 24, es otro «año de Las Edades», por muchas razones, pero fundamentalmente porque, aunque nunca me las pierdo, hace apenas menos de un mes pude disfrutar de la muestra «Hospitalitas» en cuatro magníficos escenarios de Santiago de Compostela y Villafranca del Bierzo.
De nuevo esta institución nos sigue atrapando y ofrece otra muestra sorprendente: «El arte nuevo de hacer imágenes» de nuevo en Valladolid, en su vetusta catedral de potente columnata, con dos enormes figuras de la escultura barroca española, Gregorio Fernández y Martínez Montañés. Las dos figuras más importantes de la escultura barroca de España, Valladolid y Sevilla, juntas.
Hace unos meses recibimos una petición para exponer nuestra escultura de Gregorio Fernández, esa talla de San Francisco en éxtasis que exhibe al culto, atesora y presenta a la devoción popular y al turismo nuestra parroquia de Santo Domingo de Silos. Es una magnífica talla que procede del antiguo convento de San Francisco de la Observancia, que fue un importante cenobio en nuestra historia. Un legado religioso que después de tantos avatares de la historia, algunos tan convulsos que derivaron en la destrucción de tan venerables muros.
La capilla del Santo en el convento era meta de peregrinación de muchos devotos y la admiración del pueblo fiel. Tenemos unos datos muy elocuentes al inicio del s. XVII cuando nos dicen las crónicas: «Atento a la antigüedad del dicho Convento tiene necesidad de reedificársele…», y dentro de esa reforma, se reedificó la capilla-oratorio de la enfermería que estaba dedicada al santo fundador, situada en uno de los claustros, según dice la tradición estuvo su celda. Poco después en esta capilla se colocó la imagen que habían encargado a un maestro de reconocido prestigio, una imagen que pronto gozará de gran veneración y predicamento popular. Su capilla es nuevamente decorada al estilo barroco en 1701 y realizan la colocación en ella de la imagen.
El fraile franciscano Calderón el año 1679 describe la imagen como una efigie «al natural, en la forma en que está hoy en el sepulcro, tan perfecta y acabada que es admiración y devoción de toda aquella tierra… Tienen con él gran devoción todos os de esta villa y tierra y allí ofrecen sus votos a Dios por medio de nuestro Seráfico Patriarca».
Con el expolio de la Guerra de la Independencia, que afectó gravemente a este convento de San Francisco, primero se depositó la imagen en el convento de la Encarnación en 1815, y tras la desaparición de éste con la desamortización, se depositó en la parroquia de Santo Domingo de Silos, donde continuó su veneración impulsada por las indulgencias que concedió el Obispo de Ávila Fray Fernando Blanco.
Una escultura siempre valorada a nivel artístico, pero especialmente a raíz de que el historiador Jesús Urreal la visitara y llevara a la exposición «Gregorio Fernández 1576-1636, que patrocinó la Fundación Central Hispano, celebrada en Madrid de noviembre de 1999 a enero de 2000. Después estaría en Las Edades del Hombre de Ávila 2004, en Ciudad Rodrigo 2014, y ahora a Valladolid.
Es una maravilla contemplar obras de estos grandes escultores en una especia de comparativa que resulta impactante…
FUENTE: https://www.diariodeavila.es/opinion/z53c54266-9246-21b8-62b801c982992c6d/202412/fernandez–montanes