JUNTO A MARÍA DOLORES GÓMEZ TEJEDOR CÁNOVAS DEL CASTILLO, JOSÉ-MANUEL GONZÁLEZ GONZÁLEZ Y ALBERTO GONZÁLEZ RODRÍGUEZ

El Salón de Plenos del Ayuntamiento de Badajoz albergó el pasado 3 de junio el acto de toma de posesión y entrega de títulos a los Cronistas Oficiales de la ciudad.

En concreto, en esta toma de posesión y entrega de títulos participaron los Cronistas Oficiales de la ciudad, María Dolores Gómez Tejedor Cánovas del Castillo, José-Manuel González González, Alberto González Rodríguez y Fernando Cortés Cortés.

“Fue un breve pero emotivo, muy emotivo, acto, de modo especial para las cuatro personas que fuimos los directos protagonistas de los diversos momentos allí vividos. Pero entiendo que uno también puede, al menos, sólo describir la secuencia de aconteceres e ilusionantes vivencias de esas cuatro personas que tomaban posesión de los nombramientos de Cronistas Oficiales de la Ciudad que el Pleno municipal en sus personas había efectuado”, ha apostillado Cortés.

Así pues, este acto “sencillo, pero intenso e ilusionante”, fue conducido como Maestro de Ceremonias por Emilio González Barroso; presidido por el alcalde de Badajoz, Francisco Javier Fragoso Martínez; asistido por el Secretario General de la Corporación y del Municipio, Mario Hermida Ferrer; y con la asistencia de la práctica totalidad de los miembros de la Corporación Municipal.

De este modo, el Secretario General dio lectura al Acta del Pleno, de cada uno de los Cronistas, que seguidamente iban jurando o prometiendo su cargo, mano sobre la Constitución y respuesta a la demanda del alcalde, quien entregaba el Título de Cronista, y un escudo de la ciudad para solapa, concluyendo con una breve intervención del ‘condecorado’.

Entre los cronistas, la primera en tomar la palabra fue María Dolores Gómez Tejedor, nombrada Cronista Honorífica de la Ciudad, a la que “tan entregada y generosamente sirvió como Archivera Municipal en unos años y en un tiempo pretérito que prestaba poca, o ninguna atención, a los viejos papeles”, apunta Cortés.

Además, según sus palabras, “en buena medida, en total medida, fue la mujer amable que no sólo inculcó en muchos investigadores la pasión por el trabajo en el archivo y les sirvió, nos sirvió, de guía y de eficiente lazarillo en aquellos primeros pasos por el Archivo municipal”.

Durante su intervención, María Dolores recordó ese “tiempo difícil” de su tarea en el Archivo, habló de sus deseos, “bien cumplidos”, de ahondar y de profundizar en el conocimiento y en el estudio del tiempo pasado de la ciudad de Badajoz, no sólo investigando sobre ese marco temporal, sino también buscando siempre la funcionalidad del Archivo.

Y es que, según Cortés, “por entonces eran poco fáciles condiciones de instalaciones y de utilización e incidiendo en la necesidad de su profunda modificación y modernización, gozosa realidad ya convertida en palpable realidad, con una especial mención y referencia a la afortunada abundancia de jóvenes investigadores que se ocupan y se preocupan por trabajar sobre la multifacial realidad del pasado urbano de Badajoz y de las gentes que la vivieron”.

SEGUNDO EN JURAR EL CARGO

Precisamente, el segundo en jurar el cargo y tomar la palabra fue Fernando Cortés Cortés. «Después del elemental deber, y sobre todo deseo, de mostrar gratitud, sólo pretendí trazar un mínimo programa de mi concepción sobre la esencia del cronista, manifestando mi deseo de alcanzarla», apostilló.

Así, «me referí a como se ha de asumir el papel de notario fidedigno, de registrador del acontecer o de lo que aconteció, de ser evocador de los hechos presentes o pretéritos de la comunidad. Y ello, con la entrega, con la responsabilidad, con la honradez histórica, con la veraz investigación, con la plena y más alcanzable objetividad, con su concienzudo, detallista y hasta meticuloso trabajo».

Con el mismo ceremonial, José-Manuel González González agradeció a todos lo que han hecho posible su nombramiento, y declaró sentirse «honrado y orgulloso», abanderado de su generación. Espera servir para «engrandecer a Badajoz, una ciudad con muchos valores históricos y artísticos. Continuó diciendo que la historia se hacemos entre todos», y animó a los regidores e incluso al Alcalde a que «no olviden de escribir bellos renglones en su labor diaria».

Contó también una pequeña anécdota relacionada con su infancia, cuando se disfrazó de alcalde en los carnavales, y se preguntó irónicamente por los atributos que un cronista debería tener. Terminó citando unos versos del poeta José Martí, animando a todos a cultivar la rosa blanca, esa rosa cultivada para “el amigo sincero” como “para el cruel que me arranca el corazón con que vivo”.

Finalmente, llegó el turno de Alberto González Rodríguez, la persona que durante «más de veinte años» ha sido Cronista de Badajoz, nombrado allá por la primavera de 1996 pero que no había oficialmente tomado posesión del cargo que desde aquel momento desempeñaba. Y destacó como Badajoz «es una ciudad con una historia muy rica, plena de toda clase de acontecimientos desde hace más de mil años, realidad que ofrece materia más que suficiente para que muchos investigadores se ocupen de ella».

También incidió en que por ello, no debe extrañar que al cronista existente se sumen tres más. Porque en materia de contenidos, «Badajoz ofrece campo no para cuatro, sino para cuarenta cronistas».

«A renglón seguido, planteó la que juzgo acertada opinión, de que el cronista lo es de la Ciudad, no del Ayuntamiento, concluyendo con un recuerdo para Julio Cienfuegos, nombrado cronista en 1996 quien, dos días antes de tomar posesión, falleció aunque el Ayuntamiento con buen criterio le mantuvo el título como homenaje póstumo», apunta Cortés.

El alcalde de Badajoz fue el que cerró el acto destacando que «el cronista ha de dar cuenta de cuanto acontece, destacando su relación con la Historia, con la investigación, con el pensamiento,…para tratar de situarnos en un punto de encuentro entre las distintas sensibilidades y razonamientos».

Continuó refiriéndose a su propio conocimiento de la disponibilidad, de la experiencia, del conocimiento y de la «actitud desinteresada» de los cronistas, que aportarán sus capacidades intelectuales incidiendo en cómo es la ciudad, a través de la Corporación que representa a los ciudadanos la que precisa de los cronistas para las diversas funciones y tareas que acometerán, pidiendo a los cronistas que “sean el faro que nos conduzcan por los complicados vericuetos de la historia, la investigación…”.

En definitiva, según Fernando Cortés Cortés, fue «un emotivo acto que pone de relieve la función y la importancia de mantener nuestro legado histórico». «Fui uno de los directos participantes y quiero reiterar mi agradecimiento a quienes con su decisión lo hicieron posible, a quienes lo organizaron y a todas las personas que nos acompañaron», concluye.

Fuente: http://www.regiondigital.com/