FERNANDO IV EL EMPLAZADO
Oct 22 2024

POR SANTOS BENÍTEZ FLORIANO, CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD DE CÁCERES

Fernando IV de Castilla y León nació en la ciudad andaluza de Sevilla el 6 de Diciembre de 1285 y murió en Jaén el 9 de Septiembre de 1312, víctima de una repentina enfermedad cuando contaba con veintiséis años de edad.

Sus padres fueron el rey Sancho IV y María de Molina, y reinó del 1295 al 1312; reinado envuelto en grandes revueltas de los nobles aprovechando su minoría de edad ya que tan sólo tenía nueve años cuando sucedió en el trono a su padre.

Fernando IV juró como Rey de Castilla en la ciudad de Toledo, después de asistir a los funerales de su padre. Pero en seguida los familiares de Fernando y los principales nobles castellanos empezaron a perturbar el reino. La Reina madre y Fernando apenas contaban con el apoyo de las Cortes y de un grupo de familias nobiliarias que le apoyaron en todo el reinado.

Intentó conquistar el reino de Granada, sin conseguirlo, salvo la toma de Gibraltar en 1309, ya que sufrió un gran desgaste intentando calmar las continuas guerras civiles a las que tuvo que hacer frente.

El reinado de Fernando IV no duró mucho más que su minoridad, sin tener autoridad en sus reinos y prefiriendo la paz a los conflictos guerreros, pactando con el Rey de Aragón y con Muhammad III, a pesar de las pérdidas territoriales.

El nacimiento de su hijo y heredero, el futuro Alfonso XI, no sirvió para calmar los ánimos, ya que hasta su mujer Constanza se alió con un grupo de nobles. Intentaron deponer al propio Fernando pero pudo morir ocupando el trono de Castilla y León.

Murió víctima de una trombosis cuando se disponía a partir hacia Granada. Según cuenta la historia o la leyenda, el sobrenombre del Emplazado le vino porque dos caballeros de la familia Carvajal, Pedro y Diego Alonso de Carvajal, fueron acusados de haber robado las tierras y asesinado al noble favorito del Rey, Juan Alfonso Benavides. Los hermanos ante la injusticia cometida contra ellos emplazaron al Rey a un juicio ante Dios que tendría lugar antes de 30 días; y cuando llegó la fecha señalada el Rey murió.

Fue así como los hermanos Carvajal demostraron su inocencia. Desde aquel momento la familia acordó que la banda roja que cruzaba el escudo de Carvajal tornara en negra, en señal de luto por este luctuoso acontecimiento. Y el Rey pasó a la historia con el sobrenombre de “El Emplazado”.

En la capilla del Palacio de Carvajal, en la rejería de la nave central, el retablo y la sacristía de la Iglesia de Santiago, en la Concatedral de Santa María, etc. todos los escudos policromados de la familia Carvajal podemos observar que llevan la banda negra. Es un ejemplo de como un acontecimiento histórico puede cambiar la fisonomía de los monumentos artísticos, recordemos el desmoche de las torres de Cáceres, etc.

En el Archivo Municipal de Cáceres se conservan varios documentos de la época de Fernando IV relacionados con la historia de Cáceres. Entre los más destacados: un Mandato, de fecha 10 de Mayo de 1305, para que los pastores y Entregadores de las cañadas del Reino de León respondieran ante las justicias de Cáceres de los daños que hicieren.

Otro Mandato, de fecha 4 de Julio de 1305, para que se ejecuten los bienes de Gonzalo Matheos y Fernando Díaz, que usaron indebidamente en Cáceres del oficio de Alcaldes entregadores de la cañada de los pastores.

Un Acta de Concordia, de 13 de Febrero de 1306, entre el Concejo de Cáceres y los moradores de Alburquerque, sobre el aprovechamiento de las dehesas colindantes de los respectivos términos.

Un Mandato, de fecha 14 de Junio de 1311, dirigido a los cogedores y recaudadores de los reales servicios en Cáceres, para que cumplan los privilegios y guarden las exenciones que tiene la Villa en materia tributaria, etc.

Pero vamos a detenernos en uno fundamental para la historia de la ciudad ya que gracias a él comenzó la expansión de Cáceres fuera del recinto amurallado; es una Carta plomada del Rey Fernando IV, dada en Sevilla el 17 de Julio de 1303, concediendo a Cáceres las Rondas de la Villa por juro de heredad.

Hay que tener en cuenta que la Villa de Cáceres era una zona ya pacificada, la Reconquista proseguía hacia el sur, los moros estaban muy lejos y no había peligro de ataques enemigos, por lo que la función militar de Cáceres como reducto estratégico había dado paso a la explotación de las tierras ya totalmente pacificadas.

Gracias a este documento toda la zona cercana a la muralla que tenía que estar expedita para repeler cualquier ataque, podía a partir de ahora utilizarse y habitarse por parte de los vecinos cacereños.

Fernando IV lo que concedió fue la ronda, el terreno circundante a las murallas, llamado ronda exterior, en contraposición al adarve o zona interior.

Según el profesor Antonio Floriano el Rey cede al Concejo las Rondas de la Villa para dar facilidades para su ensanche, creándose los barrios extramuros para que en ellos habitasen los agricultores y artesanos, dejando el interior para la nobleza y los militares.

En las rondas se asentaron los gremios y aún hoy se conservan en la ciudad las calles con sus nombres que ocupaban esta zona extramuros de la muralla: los caleros, los zapateros, los pintores, los carniceros, los horneros, los herreros, etc. y hasta los judíos colocaron sus tiendas apoyándolas en la zona Oeste de la muralla, desde el final de la calle Zapatería hasta la torre de Bujaco.

Fernando IV no fue un Rey feliz pero contribuyó a ensanchar la ciudad fuera del recinto monumental y con él se inició el urbanismo moderno del Cáceres extramuros.

FUENTE: EL CRONISTA

 

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