POR ANTONIO LUIS GALIANO, CRONISTA OFICIAL DE ORIHUELA
En el sureste de España, en la Comunidad Valenciana, se encuentra la ciudad de Orihuela, tierra del inmortal poeta Miguel Hernández. En ella, la huerta y la piedra se aparean, y sus cinco monumentos nacionales emergen en el paisaje. Así, la Catedral, el Colegio Santo Domingo (antigua universidad), el Palacio Episcopal, y las parroquias de Santiago Apóstol, y de las Santas Justa y Rufina, compiten con otros edificios como el Santuario de Monserrate y el Seminario que se eleva en la montaña, junto con palacios nobiliarios, configurando el paisaje urbano, que queda abrazado por el río Segura, que al fondo deja ver su palmeral milenario.
Orihuela, es una tierra en la que su historia y tradiciones se funden en un abrazo, dando lugar a su propia idiosincrasia. En ésta, uno de los aspectos que la define por su singularidad, son las Fiestas de la Reconquista, que se celebran el 17 de julio, en las que se conmemora la liberación de los cristianos que estaban sojuzgados por los moros, en 1242. En dicha fecha, festividad de las Santas Justa y Rufina, Patronas de la ciudad, según la tradición, una legendaria mujer llamada la “Armengola”, que era nodriza de los hijos del alcaide moro, al tener conocimiento que se iba a pasar a cuchillo a los cristianos del Arrabal Roche, solicitó permiso para subir al castillo junto con sus dos hijas y no morir. Permiso que le fue otorgado. Pero, ideó la estratagema de disfrazar a dos jóvenes con ropas de mujeres, y fueron abriéndose paso entre los centinelas matándolos, hasta llegar al castillo, haciendo lo propio con el alcaide y su familia. En esos momentos en el cielo aparecieron dos luceros, que iluminaron el camino hasta el castillo, siendo identificados como las Santas Justa y Rufina.
En 1400, se acordó celebrar esta fiesta y que se sacase la Gloriosa Enseña conocida como “El Oriol”, por el ave heráldica que la corona. Así, desde entonces se conmemora con una procesión cívico-religiosa y con la denominada “Misa del Pájaro” en la que se predica un sermón que tiene como motivo principal la hazaña de la “Armengola” y la intervención celestial de las Santas, y en la que de manera muy singular tiene protagonismo la Gloriosa Enseña de “El Oriol”, portada por el Síndico, que es descendida e izada desde el balcón principal de la Casa Consistorial sin inclinarse, pues goza del privilegio de sólo hacerlo ante Dios y ante el Rey. A ello, hay que añadir la presencia de las comparsas de Moros y Cristianos que congregan en sus desfiles a unas 5.000 personas y que van capitaneados por la legendaria heroína y sus embajadores.
Orihuela presenta en estas Fiestas sus singularidades, en las que son protagonistas: las Santas Justa y Rufina, la “Armengola”, las Comparsas de Moros y Cristianos y la Gloriosa Enseña de “El Oriol”, adentrándose todas ellas en el paisaje urbano haciendo revivir épocas pasadas que se remontan a la Edad Media.
Fuente: http://ljz.mx/