POR APULEYO SOTO, CRONISTA OFICIAL DE BRAOJOS DE LA SIERRRA Y LA ACEBEDA (MADRID)
El pasado domingo se reunieron en el “Chiringuito Rufino” los 21 alcaldes de la Comunidad de Villa y Tierra de Fuentidueña. Se trataba de compartir “un cordero místico” para festejar a San Mateo, su patrón. Y vive Dios que quedaron satisfechos con el lechazo churro. Me encontraba allí por casualidad y departí con ellos y con los representantes de la Junta de Castilla y León, que se habían desplazado a la Villa a fin de escuchar sus propuestas de mejora de los pueblos.
Esas mejoras son necesarias para que la vida rural no siga empobreciéndose y despoblándose. La crisis les ha afectado gravemente. La cosecha de vid y cereal ha sido buena, pero el girasol no ha granado, la caza y la pesca flojean, a muchos frutales se les helaron las prometedoras flores. Una buena solución es el turismo y tras ella andan, con el apoyo de la Diputación.
-Más, más, piden los alcaldes al diputado responsable, José Carlos Monsalve. Y Monsalve lo comprende y se está volcando.
Sería una inmensa pena no sacar más partido de estos pequeños núcleos de población que atesoran iglesias románicas, restaurantes y asadores que son verdaderos templos de la gastronomía, y ríos y huertos amenos y deleitosos. Una bien trenzada red de carreteras les une y comparten servicios, pero necesitan más promoción. Y por esa promoción brindaron los 21 alcaldes de la Comunidad de Villa y Tierra de Fuentidueña. ¡Que el Cordero Místico les haya oído!